Lagarde podría estar repitiendo el error de Trichet

invertia 20 12 22

Fuente de la Imagen: Invertia

 

 

Para entender a Christine Lagarde hay que pensar en términos políticos y no económicos. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) no subió los tipos de interés cuando la inflación empezaba a dispararse y probablemente no lo hizo porque no quería ser acusada de estropear la recuperación económica.

Ahora se lanza a subir tipos de forma agresiva justo a las puertas de una recesión y, en mi opinión, lo hace porque no quiere que nadie le acuse en el futuro de no haber actuado con firmeza.

El problema es que ella y el resto de miembros del consejo del BCE van a actuar con firmeza sí, pero tarde. Y si mis sospechas se confirman, Lagarde podría estar marcándose ‘un Trichet’ sin saberlo.

Jean-Claude Trichet fue el presidente del BCE al que no se le ocurrió mejor idea que subir los tipos de interés justo a las puertas de una de las mayores crisis económicas de la historia, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ya los estaba bajando y empezaban a aflorar los problemas que llevarían a la crisis financiera.

Si finalmente Europa entra en una recesión profunda, Lagarde tampoco podrá decir que nadie lo dijo. Esta recesión es de las más anunciadas que ha habido en la historia. Si tiene lugar -y como mínimo ya estamos viendo que entramos en un periodo de muy bajo crecimiento-, se juntarán el hambre con las ganas de comer.

Imagínense la típica familia española, que tiene una hipoteca a tipo variable y el Euríbor sube al 3,50% o al 4%. Y no son estimaciones mías, es la señora Lagarde la que ha declarado que tiene la intención de subir los tipos de interés «en varias ocasiones y a razón de 50 puntos básicos (0,50%) en cada una». A buen entendedor, pocas palabras bastan: si son varias serán como mínimo dos, y si es un 0,50% en cada ocasión es un 1% sobre el 2,50% actual.

Pero resulta que la propia señora Lagarde nos dice que la economía europea entrará en terreno negativo este trimestre. Y claro, esto no es Estados Unidos, donde el paro es del 3,7%. En Europa el desempleo es del 6%. Y si entramos en recesión es fácil que aumente al 7%.

Eso si es una recesión leve. Como dice el refrán «muerto el perro se acabó la rabia», es decir, si los ciudadanos europeos no tienen dinero consumirán muy poco y serán muy cuidadosos con el precio de las cosas, que es la clave para que baje la inflación. Como dice otro refrán, «a la fuerza ahorcan». El efecto desinflacionista de la recesión se multiplicará si añadimos el de una fuerte subida de los tipos de interés justo cuando está empezando a bajar la inflación, como es el caso.

Afortunadamente, y como ocurre siempre en los mercados, si hay un perdedor hay un ganador. En esta ocasión perdería la economía europea, pero se podría estar generando una oportunidad de inversión única en bonos europeos de medio y largo plazo (o en fondos que inviertan en dichos activos).

 

El razonamiento es bien sencillo: si el BCE se pasa de frenada -y su último giro tiene aspecto de incluso bloquear las ruedas- la combinación de recesión, crisis energética y subida de tipos tendrá un efecto tan negativo sobre la economía que el resultado final podría ser una caída de la inflación más rápida y de mayor magnitud de lo esperado.

El resultado de bloquear las ruedas de la economía europea ya lo vimos con Trichet. Cuando vio que se había pasado, tuvo que bajar inmediatamente los tipos de interés. Y cuando bajan los tipos de interés sube el precio de los bonos, ya que existe una relación inversamente proporcional entre ambas variables. Solo tienen que ver lo que ha ocurrido este año, pero a la inversa.

En 2022 la subida de tipos ha generado la mayor caída de precios de los bonos de la historia. Si Lagarde se ha marcado un Trichet, en 2023 ocurrirá justo lo contrario.

Por cierto: de esa subida de precio no se beneficiarían los productos que están vendiendo actualmente los bancos y muchas sociedades de valores, ya que al ser garantizados o a vencimiento no permiten participar de la plusvalía que se pueda generar en el precio de los bonos.

 

 

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