¿Llegaremos a ver “baby Googles” y “mini Facebooks” en bolsa?

el confi 14 12 22

Fuente de la Imagen: El Confidencial

En España se habla poco de ello, pero lo que está saliendo a la luz en Estados Unidos, sobre el papel de las grandes tecnológicas a la hora de influir en el voto de los norteamericanos, podría estar siendo el germen de una ruptura del monopolio.

Los llamados “papeles de Twitter” están sacando a la luz la connivencia que existía entre la dirección de esta compañía y el partido demócrata. Y como estamos en Estados Unidos, donde la realidad siempre se parece a las películas, también interviene el FBI

No es una suposición, es ya un hecho demostrado. El FBI y el partido demócrata mantenían contacto con Twitter para limitar la viralidad y presencia de aquello que fuera contra los intereses del partido. El caso más sonado es el del famoso ordenador del hijo del actual presidente, una bomba política, no tanto por el morbo de ciertas cosas que aparecían en el mismo, sino por la mención a los negocios de Hunter Biden con China y Ucrania y la posible implicación – o por lo menos conocimiento – por parte del entonces vicepresidente. Fue totalmente silenciado.

A partir de ahí se ha levantado la liebre y han surgido informaciones sobre la posible tendencia de Google a “orientar” las búsquedas en un determinado sentido político o las supuestas actuaciones de Apple en China encaminadas a no molestar al Partido Comunista, por poner un par de ejemplos. Y probablemente es sólo la punta del iceberg.

Evidentemente esto podría ir haber ido en el otro sentido (contra los demócratas), pero el problema no es a quién favorecen estas empresas, sino el hecho de que tomen partido, dada su enorme capacidad de influencia sobre la gente.

“La fórmula sería utilizar la ley antimonopolio”

Llegados a este punto, si en las próximas elecciones ganan los republicanos, podrían ocurrir tres cosas: 1) que intenten atraer a dichas empresas a su “causa” 2) que, si no lo consiguen, legislen para recortar su poder 3) que lleguen a la conclusión de que es mejor quitarse de en medio a un enemigo tan poderoso.

La fórmula sería utilizar la ley antimonopolio, que en este caso sería relativamente fácil de justificar. Google (Alphabet) es sin duda un monopolio y su filial YouTube no anda muy lejos. Facebook también podría entrar en esta clasificación. Twitter probablemente se salvaría, dado que el nuevo dueño no es precisamente simpatizante del partido demócrata, y mucho menos de la ideología woke. Amazon podría ser calificado de monopolio, pero no tiene tanta capacidad de influencia política. En cuanto a Apple y Microsoft no creo que puedan calificarse de monopolio.

Esto, que a primera vista pudiera parecer un desastre para quienes invierten en las empresas que pudieran recibir el hachazo, no lo es si se sabe sacar partido de ello. Y tenemos un precedente: las “baby bells”.

En los años 80, el departamento de justicia de los EEUU decidió desmantelar el monopolio de telefonía que tenía la empresa AT&T, que se dividió en nueve compañías más pequeñas, conocidas popularmente a partir de entonces como “baby bells” (porque a AT&T se la conocía como “Ma Bell).

Haciendo corta una historia larga y yendo a lo importante, la ruptura del monopolio de las comunicaciones generó un magnífico negocio. Entre enero de 1984, cuando se materializó la ruptura hasta los máximos alcanzados en Agosto de 1986, las “baby bells” subieron un 126 %, frente al 53 % que subió el SP 500.

Si por ejemplo aplicamos este razonamiento a Google, que creo sería el primer objetivo de una administración dominada por el partido republicano, su capacidad de crecimiento actual se va pareciendo ya más a la del SP 500 que la que tendrían algunas de las compañías que pudieran salir de su desmembramiento de Google. Empezando porque serían excelentes presas en futuras OPA.

Tomen nota de que digo “algunas”, porque, en el caso de las Baby Bells, el criterio para elegir cuál comprar era sencillo – la capacidad de crecimiento del mercado con el que se quedaron –, pero en unas supuestas “Baby Googles”, la tecnología, el modelo de negocio, quien podría “oparlas” o el equipo directivo tendrían también mucha importancia.

Otra candidata al desmembramiento sería Facebook, pero tampoco habría mucho que añadir a lo anterior, porque con las “mini Facebook” ocurriría algo muy parecido a lo explicado para las “Baby Google”.

“Hay que estar preparado para todo”

Me dirán Uds., con razón, que no hay ninguna garantía de que esto pueda ocurrir y que, de hacerlo, sería como pronto dentro de un par de años. Y eso suponiendo que los republicanos ganaran las elecciones.

Cierto, pero como decía Lee Iaccoca, “en los negocios hay que ser paranoico”, que de forma más suave significa que hay que estar preparado para todo. En caso de, por ejemplo, pensar en vender acciones de la matriz y guardar el dinero para comprar las “babies” o las “minis”, habría que hacerlo antes de que empiece a hablarse de ello en campaña electoral, ya que una vez se empiece a hablar de esa posibilidad podría afectar a la cotización.

 

 

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