Las bolsas bailaran al ritmo que marque la inflación

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Los mercados son muy de brocha gorda: se suelen mover en función de pocos factores. Y en esta ocasión más que nunca, porque el movimiento bursátil de los próximos meses dependerá exclusivamente de la inflación.

En los ´90 anticipar el dato de inflación generaba fortunas en las mesas de contratación, ya que en aquella época la lentitud de los medios de comunicación y el abuso de la información confidencial generaba amplias asimetrías en la información.

Los resultados empresariales de este trimestre han sido generalmente buenos, se han ha batido las expectativas de los analistas (sobre todo en Europa) y aun así las bolsas están como están. Solamente se habla de inflación, que es el elemento que establecerá la senda de la política monetaria de la reserva Federal de los Estados Unidos. O se habla de las sanciones a Rusia precisamente por su influencia sobre la inflación.

Aunque el mercado sea muy de brocha gorda, los matices no son triviales. Este año, la diferencia entre el NASDAQ y los índices que mejor se comportan en un entorno de inflación ha sido superior al 20%. Por lo tanto, también será de dos dígitos la diferencia de rentabilidad si se acierta con la ecuación inflación – activo, sector o país elegidos para invertir.

Si se cuenta con liquidez y no se invierte aprovechando la corrección y la inflación acaba siendo menor de lo esperado, se perderá una magnífica oportunidad para entrar al mercado. Y si la inflación resulta mucho mejor de lo esperado, el sector tecnológico – el más afectado por las expectativas de subidas de tipos- será el mayor beneficiario. Si la mejora en la inflación es moderada, la reacción alcista de los mercados sería más leve.

Si, por el contrario, la inflación empeora, aquellos activos, sectores y países que funcionan bien con tipos altos serán los únicos ganadores. Si llegase a empeorar todavía más, apenas quedarían muy pocos sitios donde esconderse en renta variable. Los que estén muy invertidos, deberán plantearse en ese caso un stop de pérdidas y un giro radical en la composición de sus carteras. Aquellos que cuenten con liquidez, deberán atender nuestra recomendación estrella de este año: apostar contra el precio de los bonos, con productos que se aprecian con la subida de los tipos de interés.

Cuando hablamos de vigilar las cifras de inflación, en realidad hacemos referencia a los indicadores adelantados de la inflación. Porque la inflación en sí, como el PIB, son medidas rezagadas. Los datos que permiten anticipar la inflación son los que afectan al consumo, al mercado de trabajo y, ahora como novedad, las sanciones.

 

Artículo escrito por Víctor Alvargonzález en El Economista.