El Confidencial: Claves que marcarán la evolución de los mercados en 2021 (I)

Captura de pantalla 2020 12 29 a las 14.52.23

En primer lugar y como todos los años, habrá que respetar las reglas que rigen el funcionamiento de los mercados y que se olvidan todos los años.

El error más habitual en 2020 y que hay que tratar de evitar es tomar decisiones mirando a la situación presente y no a seis u ocho meses vista. El presente ya lo sabe todo el mundo y por lo tanto está descontado en los precios. Los mercados siempre miran a futuro. Mirando al presente la mayoría de analistas recomendaron a sus clientes mantenerse al margen de la renta variable. Grave error, como ha podido comprobarse.

Otro error a evitar nuevamente es ir contra los bancos centrales. No se debe navegar contra el viento, especialmente cuando el viento es un huracán. Y esto va en los dos sentidos, porque el año que viene – y podemos empezar por aquí nuestro análisis a futuro, – la política de los bancos centrales va a tener dos fases muy distintas.

En el primer trimestre del año – y probablemente también en el segundo – la actitud de los bancos centrales será tan “salvaje” en términos de inyección de liquidez como ha sido hasta la fecha. Así que para ganar dinero habrá que mantenerse en esa inmensa ola y surfearla. El que pretenda nadar contracorriente se perderá de nuevo la correspondiente subida bursátil. Miren un gráfico que superponga el balance de los bancos centrales y el índice MSCI World y verán que la correlación entre ambos es perfecta.

En cuanto a los bonos, cada vez les costará más subir, porque no hay que ser un lince para darse cuenta de que a estos precios solo compran los bancos centrales. Pero mientras compren, “so far, so good”, como dicen los ingleses. Pero ojo, porque ahí es donde más adelante pueden empezar a cambiar las cosas: en la actitud de los bancos centrales.

Al igual que en los pubs ingleses, cuando van a dejar de servir tocan una campana, cuando los bancos centrales vean que la economía se va estabilizando no empezarán a darle a la campana para anunciar que van a ir reduciendo las compras de bonos, porque si lo hicieran el desplome sería histórico. Y por supuesto afectaría también a las acciones. Así que lo más probable es que en lugar de campana utilicen globos sonda.

La capacidad del asesor o gestor de carteras de detectar esos globos sonda será probablemente lo que marque la diferencia entre clientes que ganan dinero y clientes que lo pierdan durante el 2021. Tengamos en cuenta que en España la mayoría de las carteras tienen un elevado componente de renta fija. El que no detecte a tiempo la llegada de los primeros globos sonda será como el que se queda de pie cuando deja de sonar la música en el juego de la silla.

Como hemos mencionado anteriormente, aquí nuevamente se cumplirá la regla de que los mercados anticipan eventos futuros. El día que la señora Lagarde anuncie en una conferencia de prensa que va a reducir sus compras de bonos ya lo sabrá todo el mercado. De hecho, un buen banquero central es el que es capaz de cambiar de rumbo sin hacer demasiado daño. Y esto solo se consigue con una hábil política de comunicación. En esta ocasión lo van a tener muy complicado, porque nunca han emitido tanto papel moneda, por lo menos a nivel global. Lo han hecho países concretos, pero nunca todos los bancos centrales a la vez y en estas proporciones.

Aunque los globos sonda afecten especialmente a la renta fija no significa que no afecten también a la renta variable. La diferencia, en mi opinión, es que en el caso de la renta fija generarán un cambio de tendencia, mientras que en el caso de la renta variable yo creo que lo que producirán es una corrección. La magnitud de esa corrección la desconozco, aunque por si acaso ya tenemos localizados el tipo de productos que sirven como cobertura rápida, sencilla y eficaz. Porque lo que está claro es que el primer globo sonda que el mercado sea capaz de detectar tendrá un efecto inmediato tanto sobre los bonos como sobre las acciones.

Cuando menciono “que el mercado sea capaz de detectar “es porque probablemente el primero sea tan sutil que ni lo vea venir. Pero si los bancos centrales se dan cuenta de que la gente no se ha enterado el siguiente lo será un poco menos. Y se notará en las cotizaciones.

Hay una forma menos intuitiva y más científica de prever cuál será el momento en el que los bancos centrales reducirán sus compras de bonos. Consiste en seguir los indicadores económicos. Pero no cualquier indicador, sino los indicadores adelantados. Cuando el PIB de las economías avanzadas haya vuelto a donde estaba antes de la pandemia ya será tarde.

En próximos artículos seguiremos analizando las claves que marcarán la evolución de los mercados en 2021, año de esperanza en el que nos libraremos definitivamente de la lacra del coronavirus. Aprovecho la ocasión para desearles una muy feliz Navidad a ustedes y a sus familias.