Elijan: estancamiento o inflación, pero no las dos

Invertia 19 10 21

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En la última década la forma de atraer la atención en los mercados es anunciar algún tipo de desgracia financiera. Cualquier asunto que de miedo y genere seguidores o clientes en busca de protección. Como van más de 10 años de sequía de desgracias financieras, muchos analistas y asesores se han agarrado ahora a la inflación como a un clavo ardiendo. Diciendo que la inflación siempre es mala para la economía y para las bolsas, cuando la historia demuestra que depende de cual sea el nivel de inflación.

Ahora han incluido en el “pack” el estancamiento económico. Estancamiento más inflación: ¿qué puede dar más miedo? Si eso no hace que todos los posibles clientes busquen tu protección, nada lo hará.

Pero en esta ocasión me parece complicado que coincidan ambos jinetes del apocalipsis. El del estancamiento ni está ni se le espera. El de la inflación sí, pero probablemente no alcance el grado de jinete del apocalipsis.

Estoy de acuerdo en que la inflación va a ser superior a la que había antes de la pandemia. Hace tiempo dije que lo más parecido a salir de una pandemia y un confinamiento es salir de una guerra, y de las dos guerras mundiales se salió con más inflación. Si a eso añadimos los planes de estímulo económico y monetario, no hay que ser un genio para darse cuenta de que la inflación será superior.

Pero quienes confían en que volvamos a niveles de inflación tipo años 70 u 80 cometen el mismo error que cuando hablaban del “Lehman chino”: se basan más en el deseo que en la realidad. Claro que hay elementos inflacionistas, y vamos a tener un problema serio con la energía, pero el peso que supone hoy la energía en la inflación no es comparable con el de los años 70: entonces era un 9% y hoy un 4%, según el PCE de EEUU.

Además olvidan que seguimos en plena revolución industrial, en este caso la digital.  Todas las revoluciones industriales han sido desinflacionistas, y esta no es una excepción. Actuará como amortiguador en los precios de los servicios.

Habrá presión salarial, ya lo estamos viendo, pero eso ayuda a evitar que llegue el jinete del apocalipsis del estancamiento. Si la gente tiene dinero en el bolsillo es bueno para el crecimiento. Las previsiones apuntan a crecimientos en el entorno del 5% para 2022 y del 4% para 2023. Aunque fuese del 3%: no se le puede llamar estancamiento.

Quienes asesoramos a inversores y ahorradores debemos primar la objetividad frente a la búsqueda del ‘like’ o el ‘retuit’. Lo primero es tener claro cuál va a ser el cuadro macroeconómico y para eso hay que ser realista. Quienes prevén estanflación les dicen a los inversores lo mismo que cuando hablaban de crisis y burbuja: que eviten la renta variable. Vista la subida récord de las bolsas en los últimos 10 años, hay que pensárselo dos veces antes de seguir este consejo.

 

Artículo escrito por nuestro Director de Estrategia, Víctor Alvargonzález, en Invertia.