La endiablada incógnita de la inflación

Pocas veces hemos tenido que realizar una predicción tan difícil y a la vez tan importante: la evolución futura de la inflación. Para complicar el trabajo, no tenemos referencias históricas. Y ante la falta fiabilidad de datos económicos, contaminados por la volatilidad que supone salir de una pandemia global sin precedente, sólo queda aplicar el sentido común.

Es poco probable volver a una situación igual a la de antes de la pandemia habiendo un nivel de oferta monetaria y estímulo económico nunca vistos. La probabilidad de que el crecimiento sea mayor es muy alta.

Si aumenta la demanda global, no será fácil satisfacer la demanda industrial, que requerirá tiempo para adaptarse. Y luego están los salarios. Con el tiempo el crecimiento reducirá el paro y entonces se notará la presión.

Pero el sentido común dice que la revolución digital está más fuerte que nunca, y es una especie de coeficiente reductor de las expectativas de inflación. Al final se trata de sumar y restar. Suman inflación el crecimiento, la liquidez, la demanda industrial y la futura mejora salarial. La resta la revolución digital. El resultado creo que será más inflación en el medio plazo de la que había antes de la pandemia, pero sin alcanzar los niveles de del periodo 70 – 90.

Artículo escrito por nuestro Director de Estrategia en El Confidencial

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Fuente de la imagen: El Confidencial