Se van despejando incógnitas sobre el sector inmobiliario

 

 

El Economista 15 09 21

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Gracias al adelanto de la vacunación, el Reino Unido se convirtió en un indicador adelantado de como sería la economía después de la pandemia. Los muchos estudios realizados los hay referidos al sector inmobiliario. Uno de ellos muestra cómo un 90% de los trabajadores han vuelto o planean volver en breve a la oficina. Este dato tiene mucha más miga de lo que parece.

Hace varios meses, en nuestra Newsletter “Los Cuadernos del Mercado” analizamos cómo podría evolucionar el mercado inmobiliario tras la pandemia. Se plantearon tres cuestiones: la primera, si invertir o no en oficinas; la segunda, si la gente preferiría chalés adosados tras el confinamiento, o si, por el contrario, volvería a estar más valorado un piso en el centro. Finalmente la tercera, la más importante, era si el sector inmobiliario se vería tan beneficiado como las bolsas globales de la lluvia de dinero de los bancos centrales.

La última cuestión es clave, ya que, si no hay dinero para el “ladrillo”, de poco sirve qué puede funcionar mejor. La conclusión fue que, aunque fuera con retraso, el sector también se vería beneficiado por la lluvia de millones del estímulo monetario. Otra conclusión fue que aunque en España  el sector inmobiliario está menos boyante que en EEUU, Reino Unido o el resto de Europa, más adelante lo estará.

El miedo a sacar el dinero de la cuenta corriente o el depósito, o de los fondos de renta fija que tan bien han funcionado hasta hace poco, irá desapareciendo. En un país como España, con poca cultura financiera y mucha tradición inmobiliaria, ese dinero buscará rentabilidad en el “ladrillo”. También en bolsa, pero en menor proporción.

Una cuestión fundamental es la mencionada de los fondos de renta fija. Ahora los bonos en los que invierten no solo no dan cupón, es que también han dejado de generar plusvalías, según se ve llegar el momento en el que los bancos centrales dejen de estimular la economía mediante la compra de bonos.

Esos inversores, conservadores y poco deseosos de invertir en renta variable, buscarán el ladrillo. La pregunta es: ¿irá el dinero a pisos del centro o a chalés en las afueras? ¿Y qué ocurrirá con las oficinas? Es posible que las empresas prefieran situarse en el extrarradio y no tener que pagar los precios del centro.

Si la tendencia psicológica y sociológica es a eliminar el virus de la memoria y vivir como si no hubiera existido, reacción bastante típica del ser humano tras un trauma, lo que mejor funcionará como inversión es lo que ya funcionaba bien antes de la pandemia: el piso en el centro y los locales comerciales en las zonas más concurridas. En las oficinas en cambio podríamos ver que se vuelve a ellas pero no necesariamente al centro, salvo que se trate de actividades que requieran contacto con el público en general.

Aunque somos especialistas en fondos y ETFs hablamos del mercado inmobiliario – y en esta caso además lo recomendamos. El motivo es qué es un sector más y con estos productos se puede invertir en cualquier tipo de activo. Además, siendo asesores independientes no ganamos más por recomendar fondos de bolsa que por recomendar que alguien se compre un piso o un fondo del sector. Nuestro negocio es dar buenos consejos.

 

Artículo escrito por nuestro Director de Estrategia, Víctor Alvargonzález, en elEconomista.