¿Dónde estamos? (de acuerdo con las estadísticas)

Antecedentes históricos

 

La sensación que transmiten los medios de comunicación y las redes sociales es que lo que ocurre ahora no ha ocurrido nunca. Que estamos ante un desastre sin precedentes. 

 

Es obvio que es un desastre. No puede calificarse de otra manera cuando se desploman tanto la renta variable como la renta fija. Especialmente esto último, ya que no suele ocurrir y menos en estas proporciones. 

 

Pero también es cierto que no es una novedad. Los repuntes de la inflación y sus consecuencias —subidas de tipos de interés y debilitamiento de la economía— son parte del funcionamiento de los mercados financieros. Y las guerras son parte habitual del funcionamiento del ser humano —o más bien de sus dirigentes— y también afectan a la economía.

 

Es cierto que en esta ocasión se han juntado el hambre con las ganas de comer. A la típica subida de tipos que realiza la Reserva Federal de los Estados Unidos para controlar la inflación, en esta ocasión se une una guerra que exacerba el problema inflacionista como consecuencia del efecto rebote de las sanciones a Rusia.

 

Rusia no es Irán o Cuba: Rusia es el mayor productor del mundo de materias primas y gas y uno de los principales productores de petróleo. Como economía no “pinta” mucho, pero como proveedor de materias primas y energía es fundamental. Y si se corta el flujo de materias primas y energía como consecuencia de las sanciones, entonces surge un problema económico muy serio, especialmente si a su vez Rusia decide hacer lo mismo con el gas del que depende Europa.

 

Insistimos en esta particularidad “política” del mercado bajista actual, porque es importante a la hora de ponernos en situación. Porque es precisamente lo que vamos a hacer a continuación.

 

El mercado bajista que estamos viviendo no es muy diferente de los que hemos vivido en el pasado. Lo vemos en la tabla n.º 1.

 

Tabla nº 1: Mercados bajistas, duración, magnitud de la caída y recuperación.

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Fuente: Ryan Detrick – YCharts

 

La tabla recoge mercados bajistas desde el año 1956 y el resumen es bien sencillo: el mercado bajista actual, que ha llegado a tener una caída del -20 %, se mueve —de momento— por debajo de la media histórica (caída del -30 %), aunque dentro de la media de mercados bajistas que no coinciden con una recesión (caída media del -24 %). 

 

Esto último hay que tenerlo muy en cuenta porque, aunque ahora mismo EE. UU. está técnicamente en recesión, de momento es muy leve. En realidad se podría identificar más con un crecimiento plano.

En cuanto a la duración media de los mercados bajistas (12 meses, 7 si no coinciden con una recesión), tendrían que pasar algunos meses más antes de la recuperación. Pero cuidado: estamos hablando de la media. Ha habido mercados bajistas más cortos, es decir, que se han recuperado antes, incluso con recesión por en medio.

 

Ahora vamos a la cuestión más importante para quienes hayan sido bien asesorados y tengan liquidez —fondos monetarios, dinero en cuenta corriente— para invertirla cuando el mercado toca fondo, y esa cuestión es: ¿cuánto suele durar la recuperación una vez que el mercado rebota? Porque es como decir durante cuánto tiempo va a poder “subirse” el inversor a una recuperación alcista sostenida donde ganar dinero. 

 

La respuesta es que, en caso de que no se produzca una recesión o sea muy leve, el inversor tendrá por delante 10 meses de recuperación. En el caso de que haya una recesión “normal” la recuperación sería mucho más larga (27 meses). En otras palabras: suele haber una proporcionalidad entre la caída anterior y la duración —y magnitud— de la recuperación.

 

Lógicamente ustedes querrán saber qué va a pasar en esta ocasión. La respuesta es que si empezaran a bajar las cifras de inflación en EE. UU. coincidirían con un periodo bajista bursátil dentro de la media histórica, es decir, que podríamos haber entrado en la zona en la que el mercado empieza a establecer un suelo a dicha tendencia bajista e inicia su recuperación.

 

Si baja la inflación tenemos por delante algunos meses de recuperación. Si baja mucho, la Reserva Federal dejaría de subir los tipos de interés y tendríamos una recuperación que podría durar más de un año. Al menos esto es lo que nos cuentan las estadísticas.

 

Evidentemente queda en el aire la baza política, que es imposible de predecir, porque es imposible de predecir lo que se le esté pasando por la cabeza a Putin o cuál puede ser la actuación de los líderes occidentales. Pero también estamos viendo que el mercado tiene bastante descontada la situación actual y solo un cambio importante —como por ejemplo el cierre definitivo del suministro de gas a Europa— podría modificar dicha percepción.

 

Pistas

 

Por si pudiera servir de pista, un dato importante es qué ocurre en meses posteriores en función del tipo de rebote que se produce al establecerse el suelo del mercado. Como podría llegar a ser el que se ha producido en el mes de julio (en el siguiente capítulo detallamos los motivos por los que pensamos que se ha producido y las implicaciones del mismo).

 

Como podemos ver en la tabla n.º 2, en función del tipo de rebote tenemos también una indicación de cuál puede ser la subida una vez se retome la tendencia alcista. 

 

Tabla nº 2: Qué ocurre después de tres subidas consecutivas superiores al 1 %

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Fuente: Carson Calculation, vía @RyanDetrick 

 

En el cálculo realizado por la empresa Carson Calculation se considera “rebote” tres subidas consecutivas superiores al 1 %.

 

En esta ocasión ha sido un rebote del 5,3 % lo que ha sumado en dichas tres subidas consecutivas. Si calculamos desde mínimos sería más, pero no queremos salirnos de la estadística concreta que estamos manejando (la de las tres subidas consecutivas superiores al 1 %.) Y en base a estos parámetros el rebote actual se parece mucho a 8 de los 12 que se han producido en los últimos 20 años (ver tabla n.º 2).

 

Evidentemente ha habido casos en los que se ha subido más del 1 % en tres sesiones seguidas y el mercado luego ha vuelto a caer, como en 2009, o incluso en un rebote previo que ha habido este año. Pero en este último caso se produjo en circunstancias bastantes distintas de las actuales. Ahora están descontadas muchas de las malas noticias que entonces o no se conocían o no se les daba una alta probabilidad de ocurrir. Y muy importante: por aquel entonces era muy difícil establecer cuál podría ser el techo de la subida de los tipos de interés mientras que ahora están descontadas las previsiones más negativas (que la subida acabe por encima del 3 % y sea casi en vertical).

 

Puestos a dar pistas, finalizaremos este capítulo con lo que ocurrió en el año 1981 y 1982. Es el periodo que hizo famoso al presidente de la Reserva Federal más famoso, Paul Volckler. Y se hizo famoso porque tuvo que enfrentarse a niveles de inflación sin precedentes y consiguió doblegarla (a base de fuertes subidas de tipos).

 

Como vemos en el gráfico n.º 1, en aquella ocasión la consecuencia fue que el mercado perdió un 27 %, pero luego recuperó toda la pérdida en 4 meses.

 

Gráfico nº 1: mercado bajista 1981 – 1982 y recuperación posterior.

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Fuente: Isabelnet.com

 

Pero no nos “vengamos arriba”: por aquel entonces los precios de las acciones eran muy inferiores a los actuales. Aunque también habría que decir que la subida de tipos que aplicó Volckler fue mucho más fuerte que la que se piensa que realizará la Fed. 

 

Insistimos: son solo estadísticas del pasado y no sabemos qué nos depara el futuro. Afortunadamente sí hay algo que sabemos con seguridad: que quienes hayan seguido nuestros consejos y hayan acumulado liquidez previamente están ahora en una posición única para aprovechar la recuperación alcista que seguirá al mercado bajista, sea del tipo que sea y tarde el tiempo que tarde en producirse. 

 

Hemos conseguido cumplir la primera parte del plan (acumular liquidez antes de la caída). Ahora toca detectar el suelo y, si se produjera, avisar con tiempo a nuestros clientes para que puedan incorporarse al mercado y aprovechar el periodo alcista que, como ya hemos visto, siempre sigue a un periodo bajista.