¿Es el momento de volver a fondos de renta fija o es mejor esperar?
El momento de invertir en fondos de renta fija es aquel en el que los tipos de interés han tocado techo, después de un periodo de subidas.
El concepto es muy sencillo: si voy a hacerme con un cupón fijo, ya sea comprando directamente un bono o a través de un fondo de inversión, lo que me interesa es asegurar el cupón más alto posible, es decir, el tipo de interés anual más elevado.
Además, si compro un buen cupón y luego bajan los tipos de interés, mis bonos con interés superior valen más que los del mercado y por lo tanto puedo obtener una plusvalía (1).
Luego están los detalles, siempre importantes. En primer lugar: ¿cuál es un tipo de interés “bueno”?. El tipo de interés nominal, así, por las buenas, no significa nada. Un tipo de interés del 5 % puede sonar muy atractivo, pero si la inflación es del 10 % es un mal tipo de interés.
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Si voy a hacerme con un cupón fijo, ya sea comprando directamente un bono o a través de un fondo de inversión, lo que me interesa es asegurar el cupón más alto posible.
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Hay que pensar que compramos un bono a varios años vista, es decir, que nos interesa calcular cuál puede ser el tipo de interés real a medio o largo plazo . Y esto es obviamente muy difícil en la actualidad, porque, por ejemplo, no tenemos ni idea de cuánto tiempo van a durar las sanciones a Rusia y por lo tanto la inflación que genera la falta de materias primas rusas en el mercado. O si Putin le va a cortar el gas a Europa.
Por el contrario, sabemos que la Reserva Federal puede actuar sobre la demanda interna norteamericana y, a base de bajar el consumo y la inversión, acabará reduciendo los precios.
Al final, como en todo en finanzas, hay que arriesgarse. En nuestra opinión la inflación norteamericana para los próximos años tenderá a moverse en el entorno del 3% al 4 % y no en el 8,6 % actual. Primero, por la acción de la Reserva Federal. Segundo, porque pensamos que algún día habrá una negociación en Ucrania que incluirá una reducción de las sanciones y no olvidemos como hemos visto en un capítulo anterior, que ahora mismo el 40 % de la inflación en Norteamérica se debe al precio de la gasolina y los alimentos, directamente relacionados con las sanciones.
En cuanto a Europa, es un misterio, porque no tiene un banco central tan decisivo como la Fed norteamericana, pero, por otra parte, es una economía mucho más débil y menos dinámica que podría volver con facilidad al estancamiento económico. Y eso ayudaría a que bajara la inflación (recordemos el riesgo de deflación que produjo la “euro esclerosis”). Pero, al ser tan dependiente del exterior en temas energéticos, también podría entrar en un periodo de estancamiento con inflación (“estanflación”), un entorno que no es bueno para los bonos.
Otra forma de calcular un tipo de interés atractivo es ver la media histórica. Por ejemplo, en Norteamérica en los últimos 50 años la inflación media ha sido del 3,8 %, así que todo lo que sea superar esa cifra o estar cerca de ella permite asegurar que al menos no pierdes dinero como consecuencia de la inflación. En Europa ha sido del 2% a lo largo de los últimos 20 años, algo mayor si cogemos un periodo más largo.
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Los bonos USA son interesantes cerca del 3 % y muy interesantes por encima del 3,50 %. Tengamos en cuenta que seguimos en la revolución digital, que es desinflacionista.
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La conclusión es sencilla: los bonos norteamericanos empiezan a ser interesantes por encima o cerca del 3 % y muy interesantes por encima del 3,50 %. Tengamos en cuenta que seguimos inmersos en una revolución digital que, aunque ahora no se note por otros motivos, tiende a ser desinflacionista. Se notará cuando pase la guerra, las sanciones a Rusia (muy inflacionista) y hayan funcionado las medidas contra la inflación de la Reserva Federal.
De todos modos, en estas cuestiones el timing importa, y antes de entrar en renta fija norteamericana – o de cualquier otro país – conviene asesorarse, no vaya a ser que se esté generando una espiral inflacionista que obligue a la Fed a ser todavía más agresiva, caigan más los precios de los bonos, suban los tipos de interés (1) y eso permita asegurar un cupón mayor. Y conviene asesorarse también respecto al timing de la divisa, ya que al comprar un fondo de renta fija norteamericana estamos también comprando dólares.
La forma más interesante de invertir en bonos norteamericanos es a través de un ETF que invierta en este activo, porque en cualquier fondo de renta fija las comisiones importan mucho y los ETF suelen ser mucho más baratos que los fondos tradicionales.
En Europa se puede considerar la posibilidad de “entrada” en los plazos cortos, donde ya está más o menos descontado hasta dónde podría subir los tipos de interés el BCE. A ese plazo hay por lo tanto cierta visibilidad. Para el resto de plazos, la incertidumbre es total, puesto que depende de decisiones políticas y por lo tanto habrá que esperar.
No es descartable que la recesión que amenaza a Europa empuje a la baja la inflación y se puedan tomar posiciones en bonos de medio largo plazo antes de lo previsto, porque si esto ocurriera -la recesión- y se plantea una reducción de las sanciones como consecuencia de un alto al fuego y negociación en Ucrania, en ese caso la inflación europea caería con mucha fuerza. Pero como para eso dependemos de los políticos, insistimos en ir poco a poco.
Además, en Europa tenemos la espada de Damocles de lo que ahora se denomina “fragmentación”, es decir, algún tipo de crisis como consecuencia de la divergencia que existe a nivel de deuda entre los países del norte y el sur de Europa, divergencia que se mide por las primas de riesgo. Hasta ahora han estado anestesiadas gracias a las compras de bonos periféricos por parte del BCE, pero todavía no sabemos si, cuando se vaya retirando el BCE del mercado de bonos, será capaz de controlar dichas primas de riesgo.