Ahora toca invertir más como abuelos que como «millennials»

EL CONFIDENCIAL

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El giro en la política monetaria de la Fed ha quitado atractivo a los índices tecnológicos, que ya venían perdiendo fuerza desde el año pasado, tras varias décadas de alto crecimiento. En su lugar, se han erigido como nuevos campeones sectores más tradicionales como la minería, el petróleo y el gas, así como industria y servicios financieros. Los nuevos ganadores -mayormente alejados de los principios de inversión ESG o de la revolución digital-, se asemejan más al estilo de empresas en las que invertían nuestros abuelos que a las tendencias de la era millennial.

Este patrón se observa también en los grandes índices mundiales. Bolsas de muy bajo componente tecnológico pero altamente correlacionadas con el ciclo económico y la inflación, han batido al “gran hermano” de los índices, el S&P500. Esa “Gran Rotación” – tal y como habíamos definido este cambio de ciclo-, ya se extiende por todos los mercados.

Además de la cuestión sectorial, el giro ha venido a favorecer a un estilo de inversión típico de nuestros abuelos: la inversión de “valor”. La evidencia empírica demuestra que un entorno inflacionista y de subidas de tipos beneficia a una parte importante de la llamada  gestión “value” en lugar del “growth” o crecimiento.

Así es como llegamos a un escenario donde la inversión “estrella” no son las criptomonedas, sino aquellos sectores y empresas que hacen cosas antiquísimas. La minería más rentable no está siendo la del Bitcoin sino “la de toda la vida”, la de minerales que se obtienen con pico y pala y que viajan en camión y no por autopistas digitales.

Otra excelente idea que podemos tomar de nuestros abuelos para este nuevo entorno es aquello de invertir para cobrar el dividendo y no para especular. Existen muchas empresas que pagan dividendos elevados y muy estables en el tiempo. Y lo son en términos reales; es decir, que aumentan en línea con la inflación para mantener su rentabilidad real (nominal menos inflación). Y estas empresas también incrementan el retorno de los inversores cuando crecen los beneficios.

Aunque naturalmente no son todas, una buena búsqueda permite dar con estos “Blue Chips”, que son mayormente empresas grandes y consolidadas que ofrecen dividendos anuales de un 3% – 4%. En estas compañías se puede invertir tanto directamente como a través de fondos de inversión y ETFs, para no tener que pasar por Hacienda. Más allá de la tecnología, hay valores con dividendos muy atractivos y precios muy competitivos dada la rotación actual de los mercados.

Solo hay dos cosas que no haríamos ahora como nuestros abuelos: comprar renta fija y no apostar contra el valor de los bonos. Ellos eran más de comprar el bono y sentarse a cobrar el cupón, aunque con lo que pagan los cupones a día de hoy, igual se lo piensan dos veces. Probablemente tampoco era sencillo para ellos ponerse “cortos” sobre un activo en tendencia bajista, como es actualmente el caso de los bonos, algo que en la actualidad es muy sencillo. Pero previendo que las presiones inflacionarias están sentando las bases para una mayor subida de tipos, lo más sensato, incluso para nuestros abuelos, es apostar por la caída de los bonos.

 

Artículo escrito por Víctor Alvargonzález en El Confidencial.