Qué dicen los datos de los mercados

En el mundo de ruido en el que vivimos, en el que se fabrican constantemente relatos que nada tienen que ver con la realidad, es muy importante recordar, cada cierto tiempo, cuál es la realidad. Y en los mercados, la realidad se llama datos, no relatos. 

Y los datos son los que son, por mucho que esa gente que se ha perdido la subida de las bolsas genere un relato en las redes sociales para tratar de justificar su posición. O porque los medios de comunicación sepan que lo que venden son las malas noticias, todo lo cual también genera una especie de realidad paralela que hace que mucha gente se pierda oportunidades en los mercados financieros.

Y, por supuesto, también puede ocurrir justo lo contrario: que se transmita una visión irreal por ser demasiado optimista. 

Así que vamos a ver qué dicen los datos.

La economía Goldilocks o economía “ricitos de oro”

Hace ya tiempo que en “Cuadernos” anteriores dijimos que podía precisamente ocurrir justo lo contrario que pensaba el mercado: que las cosas fueran bien.

El mercado era mayoritariamente bajista. Nosotros no. Nos basábamos en que la tendencia de los datos era hacia una economía “ricitos de oro” (“Goldilocks”), esa que los anglosajones describen como “ni demasiado caliente, ni demasiado fría”, y que es uno de los mejores escenarios bursátiles. 

Una economía demasiado caliente acaba generando problemas de inflación y otro tipo de excesos, una economía demasiado fría lleva a estancamiento y recesión.

Vamos, por lo tanto, a ver si esa tendencia se mantiene y en qué medida los datos nos confirman si estamos, nos acercamos o nos alejamos de esa economía “Ricitos de oro”.

Empecemos por el crecimiento. La economía norteamericana presenta actualmente un crecimiento del PIB del 3 %. Lo vemos en el gráfico n.º 1.

Es exactamente la definición de crecimiento “Goldilocks”.

Gráfico n.º 1: PIB USA

PIB USA

Por su parte, la inflación medida por el PCE, el indicador preferido de la Reserva Federal, está ya en el 2,2 %. Prácticamente en el objetivo del 2 %, como se aprecia en el gráfico n.º 2. También se puede considerar el nivel de inflación “Goldilocks”.

Gráfico n.º 2: IPC USA

IPC USA

Niveles de empleo en EEUU

El empleo está en el 4,2 %. Es decir, pleno empleo. “Goldilocks”. 

Hay algunos datos que señalan a un posible deterioro, pero en este caso se pueden considerar positivos, puesto que reforzarán el proceso de bajada de tipos de la Reserva Federal. La economía estaba demasiado caliente y todo lo que sea que “temple” es positivo.

Otro dato positivo, de cara a que la Reserva Federal continúe con el proceso de bajada de los tipos de interés, es la moderación salarial. Es clave para que siga bajando la inflación. Y el crecimiento de los salarios, como vemos en el gráfico n.º 3, ya está en zona templada y es mucho más parecido al que había antes de la pandemia.

Gráfico n.º 3: Evolución de los salarios en EEUU

Evolución de los salarios en EEUU

Valoraciones de empresas

En las bolsas se valoran empresas. Y, cuanto mejor van, o mejores las expectativas de hacerlo, mejor se valoran. Pero a veces se cometen excesos, que acaban en caídas. 

De momento, un análisis mínimamente profesional muestra que, en todo caso, los precios son elevados en la tecnología, no en el resto del mercado.

El índice S&P 500 “Equal Weighted” está pensado para evitar la distorsión en el cálculo que puede generar el hecho de que un sector tenga mucho peso en el índice porque esté compuesto por empresas muy grandes y el hecho de que esté muy caro o muy barato esté dando una imagen equivocada del conjunto del mercado.

En este caso, se trataría de evitar que el enorme peso que tienen las grandes tecnológicas en el S&P 500 distorsione la realidad del conjunto. En el gráfico n.º 4, se le ha dado a las siete magníficas y otras grandes compañías tecnológicas el mismo peso que a todas las demás. Y sale una valoración parecida a la media histórica.

Gráfico n.º 4: PER DEL S&P 500 (dando mismo peso a todos los valores)

PER DEL S&P 500 (dando mismo peso a todos los valores)

Pero es que incluso las tecnológicas no están en los niveles de locura valorativa que se produjeron antes del desplome bursátil del año 2000. Comparen en los gráficos n.º 5 y n.º 6 la columna P/E 1999 (el PER de las “magníficas” de 1999) con el PER de las siete magníficas actuales.

Gráfico n.º 5: Valoración de las grandes tecnológicas en 1999

Valoración de las grandes tecnológicas en 1999

Y, a continuación, las valoraciones actuales. Fíjense en las siete magníficas y el Nasdaq. Caras, pero nada comparable a la burbuja de 1999.

Gráfico n.º 6: Valoraciones actuales de las grandes tecnológicas

Valoraciones actuales de las grandes tecnológicas

Expectativas de crecimiento de los beneficios

Finalmente, pero no menos importante, las expectativas de incremento de los beneficios de las empresas cotizadas.

En este sentido, es importante aclarar que, aunque siempre decimos que el consenso se equivoca más que acierta, nos referimos a sus predicciones sobre la dirección de los mercados, no a sus estimaciones sobre los resultados empresariales.

Los analistas tienden a acertar bastante en cuanto a los resultados de las empresas porque cuentan con la información que les van haciendo llegar las mismas y se reúnen frecuentemente con sus ejecutivos, que conocen muy bien cuál va a ser la evolución a corto y medio plazo de sus negocios. De hecho, los analistas suelen quedarse más a menudo cortos que largos a la hora de predecir los resultados empresariales. Que no pecan de optimistas, vaya. Véanlo en el gráfico n.º 7.

Gráfico nº. 7: Expectativa de crecimiento de los beneficios de empresas del S&P 500

Expectativa de crecimiento de los beneficios de empresas del S&P 500

En el gráfico, la predicción del consenso de analistas de empresas aparece en la línea color morado claro y el dato real de crecimiento de los beneficios por acción, en gris. Hemos cogido este gráfico del Deutsche Bank porque superpone el dato de beneficios por acción con el propio S&P 500. La correlación positiva es evidente, lo que quiere decir que si las expectativas de los analistas en este sentido son correctas, el índice tiene recorrido al alza.

El acelerador de la economía: la rentabilidad de los fondos monetarios

Las bolsas funcionan como un motor. Un motor genera más o menos aceleración en función del estímulo recibido. Va más rápido si pisas el acelerador. A pisar el acelerador, los ingleses le llaman “dar gas”. Y por “gas” se entiende “gasolina”. Cuanta más gasolina, más rápido va un motor de combustión. La gasolina está en el depósito del coche, pero, al “dar gas”, se acelera el motor. 

Con las bolsas ocurre exactamente lo mismo. Y la gasolina de las bolsas es el dinero.

Ahora mismo hay mucho más dinero en fondos monetarios en EE. UU. que la media histórica. Esto se debe, lógicamente, a la subida de tipos de interés. Mucha gente llega a la conclusión de que pudiendo conseguir un 5 %, sin ningún riesgo, para qué complicarse la vida en renta variable o en bonos.

Ahora los tipos de interés van a bajar, y eso hará que parte de este dinero se vaya a las bolsas. Estamos hablando de EE. UU., donde es muy normal invertir en bolsa. Y en EE. UU. hay actualmente más de 6 billones de dólares en fondos monetarios, cuando lo normal es que haya tres o cuatro (gráfico n.º 8). Mucha gasolina para el motor de la renta variable y por supuesto para el de la renta fija.

Gráfico n.º 8: Dinero depositado en fondos monetarios en EE. UU.

Dinero depositado en fondos monetarios en EE. UU.

Otro aspecto importante y muy relacionado con lo anterior es la liquidez del sistema en general. Por eso se dice, y con razón, que cuando la Reserva Federal baja los tipos de interés y, por lo tanto, inyecta liquidez en la economía, se nota en los mercados. Esa correlación la vemos en el gráfico en el que se compara la liquidez neta del sistema (línea gris) con el S&P 500 (línea roja). Con la bajada de tipos subirá la línea gris (gráfico n.º 9).

Gráfico n.º 9: Liquidez del sistema

Liquidez del sistema

Tendencia alcista del S&P 500

La tendencia del S&P 500, en su descripción más clásica de mínimos cada vez más altos y sucesión de nuevos máximos, es claramente alcista. 

Hay muchos analistas que piensan que ya se han producido suficientes máximos, que no puede haber muchos más. Pero eso es probablemente porque no han estudiado las estadísticas.

El número de máximos del actual mercado alcista se parece mucho a los del pasado. Aunque los 42 de este año pudieran ser llamativos, están más bien dentro de la media o incluso ligeramente por debajo (los 57 que aparecen a continuación son una estimación del autor del siguiente gráfico, el n.º 10).

Gráfico n.º 10: Máximos en mercados alcistas

Máximos en mercados alcistas