Sí, se podía haber evitado (perder en renta fija)

EL CONFIDENCIAL 3

Fuente de la imagen: El Confidencial

 

Aunque muchos afirmen que la inflación ha sido un gran sorpresa que nos pilla desprevenidos, la verdad es que es un proceso gradual que los gestores podían haber previsto

 

Cuando empecé a trabajar, un operador con muchos años de experiencia me dijo: “la mejor cobertura es que el papel lo tenga otro” (en aquella época por “papel” se entendía un activo concreto, ya fueran acciones o bonos).

Seguramente yo, que iría de listillo recién licenciado, le estaría hablando de las bondades de la cobertura con derivados o algo así. Desde entonces lo tengo muy claro: si algo tiene mala pinta, lo primero que hay que hacer es no tenerlo en cartera. O no recomendarlo, si, como es mi caso, eres un asesor.

Esto viene al caso porque no hago más que escuchar a profesionales del sector decir que las pérdidas que se han producido en los fondos de renta fija no se podían evitar. Y siento tener que decir que esta afirmación no se ajusta a la realidad (como dicen ahora cuando algo es falso).

La explicación más habitual es que la renta fija es inseparable de las carteras conservadoras. Sí, pero también es renta fija un sencillo fondo monetario que, aunque haya perdido un “cero coma” o un 1 % en el mismo periodo, siempre será mejor que el desplome de dos dígitos de la mayoría de los fondos de renta fija de medio y largo plazo. ¿Es posible que no se utilizaran los monetarios porque no dejan comisión alguna y la mayoría de los asesores y gestores españoles no son independientes y viven de la retrocesión de las comisiones que les pagan las gestoras?. No lo sé, pero conociendo el sector, tampoco lo descartaría.

También hay quien explica que el problema es que los inversores no conocen bien los productos, insinuando que si los conocieran no se llevarían sorpresas.

Esta explicación me parece totalmente fuera de lugar. Es como decir que alguien que lleva el coche al taller tiene que conocer las piezas de recambio, cuando en realidad el que tiene que conocerlas es el mecánico. Y saber elegir las piezas adecuadas y ponerlas en el lugar correcto.

Pero vayamos por partes. Para empezar, el problema de la inflación no surgió de la noche a la mañana. Empezó con el cuello de botella que se produjo en la economía mundial como consecuencia de la salida de la pandemia. La gente salió del confinamiento con ganas de consumir y ni la oferta de bienes y servicios ni la cadena de producción estaban preparadas. Por no hablar de la inundación de liquidez que habían generado los bancos centrales para evitar que colapsara la economía, liquidez y que obviamente tenía que salir por algún sitio.

Luego llegó la invasión de Ucrania. Bueno, sobre todo llegaron las sanciones, que retiraron del mercado la oferta del mayor productor mundial de materias primas y gas y el segundo de petróleo. Llovió sobre mojado y cayó una auténtica tormenta inflacionista. Pero fue un proceso: primero, chubascos, luego lluvia y luego tormenta.

Es difícil hacer predicciones financieras, pero no era tan difícil darse cuenta de que venía inflación. Entre otras cosas porque, llegado un punto, no era una predicción sino un hecho, puesto que no dejaba de aumentar.

Tampoco es una predicción sino una realidad que, cuando hay inflación, los bancos centrales suben los tipos de interés (para que baje). Y cuando suben los tipos de interés, baja el precio de los bonos, ya que existe una relación inversamente proporcional entre tipos y precios. No era inevitable darse cuenta de que la inflación estaba aumentando y que eso perjudicaría a los fondos de renta fija. Y es injusto decirlo, porque hubo profesionales que sí que lo evitaron.

Evitar la inversión en fondos de renta fija cuando está subiendo la inflación es, de hecho, lo mínimo. Tampoco era tan difícil sacar nota. En un país con una oferta de fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) como la que hay en España, con un poquito de trabajo de análisis y selección se podían detectar productos que se benefician de una subida de los tipos de interés. Salvo que el asesor o gestor solo utilizara fondos “de la casa” y/o fondos de aquellas gestoras que le ofrecen la mejor comisión (arquitectura “guiada”), en lugar de trabajar con todos los fondos del mercado (arquitectura abierta), en cuyo caso ese fondo inversión de renta fija “inverso” no le era accesible, claro.

Todavía más injusto es echarle la culpa a los clientes. Quien tiene que tener cultura financiera, formación, experiencia, es el asesor financiero.

Ciertamente hay caídas muy difíciles de ver. No es lo mismo detectar la llegada de un virus desconocido, mortal y altamente contagioso que ver cómo aumenta gradualmente la inflación y pone en peligro la valoración de los fondos de renta fija.

Todavía más injusto y fuera de lugar es echarle la culpa a la falta de cultura financiera de los clientes. Quien tiene que tener cultura financiera, formación, experiencia, independencia (real, no que cobre de los productos que recomienda o gestiona) y acceso a todo tipo de productos es el asesor financiero o gestor de patrimonios. El cliente tiene que contestar verazmente al cuestionario de perfil de riesgo y exigir cosas razonables. Y esperar que la parte conservadora de la cartera no caiga un 10 % en seis meses era muy razonable.

 

Artículo escrito por Víctor Alvargonzález en El Confidencial.