Todo tiene un precio y la renta variable también: dónde rebota el mercado

Cuando cae el mercado produce una información de enorme interés, especialmente cuando cae en situaciones de pánico o gran preocupación.

Esa información es el precio a partir del cual entran al mercado los compradores que están mirando realmente a largo plazo, que pueden y saben esperar y que, más que hacer timing de mercado —que no tiene nada de malo, es solo otra forma de invertir—, compran en función de precios que han calculado previamente que resultan interesantes. Y no quieren arriesgarse a perdérselos si el mercado rebota.

Además suele ser gente que tiene que invertir cantidades muy importantes y necesita que el mercado esté deprimido, para que no se disparen los precios mientras están comprando.

Decimos muchas veces en estos “Cuadernos” que cualquier caída superior al 30 % es interesante para entrar en el S&P 500. Y lo decimos porque la caída media histórica en grandes movimientos bajistas, ya sean largos o súbitos, se mueve precisamente en el entorno del 34 %.

Hoy vamos a ver cuál es el precio al que suele entrar dinero institucional en el mercado bajista actual, que ya cumplió, aunque solo fuera momentáneamente, la condición de haber llegado a caer cerca de un 30 %.

Lo vemos en el gráfico n.º 7, elaborado por la gestora de fondos norteamericana Fidelity y que aparece a continuación. En él figura el dato del PER en el que se encontraba el mercado cuando ha rebotado en los momentos más bajos del mercado bajista actual.

En realidad habría que decir los mínimos hasta ahora, porque no podemos olvidar que la crisis bancaria es muy reciente, pero vamos a asumir la tesis del primer capítulo de este informe y suponer que la crisis bancaria se detiene aquí, que se ha quedado en un aviso y que en ese caso es muy probable que hayamos visto los mínimos de dicha crisis, que casualmente coinciden bastante con los anteriores.

Esos mínimos corresponden a un PER ligeramente superior a 15 veces. Y tiene aspecto de ser un nivel muy sólido, porque en los “sustos” posteriores no ha bajado de 16. Así que entre 15 y 16 podemos afirmar que entra dinero institucional en el mercado.

Gráfico n.º 7: PER del índice S&P 500 en los mínimos bursátiles 2022 -2023.

 

Grafico 10

Fuente: Fidelity

A partir de ahí vienen las explicaciones adicionales, las aclaraciones y los matices.

En primer lugar, el PER y su significado como método de valoración bursátil. Viene de las siglas del inglés “Price Earnings Ratio”, es decir, el ratio que relaciona los beneficios de una empresa con su cotización. Indica el número de veces que el beneficio neto de una empresa está contenido en el precio de una de sus acciones.

Un PER de 15 puede parecer muy elevado, porque significaría que tienen que pasar 15 años para que los beneficios por acción de esa compañía cubran totalmente nuestra inversión (a partir de ahí todos los ingresos serían ganancia). No se refiere a las plusvalías del valor, se refiere a los beneficios de la compañía, con independencia de cuál sea la cotización.

Pero hay que tener en cuenta que los beneficios pueden aumentar en el futuro —y de hecho suelen hacerlo—, por lo que ese plazo puede reducirse considerablemente según se incremente el beneficio anual por acción. Y en 15 años se puede incrementar mucho.

También hay que tener en cuenta que el PER del S&P 500 corresponde tanto a empresas tecnológicas —que suponen como un 40 % del índice— como a otro tipo de empresas. Si eliminamos las tecnológicas, que se supone que hay que pagar un “bonus” o prima por su capacidad de crecimiento, estamos hablando de un PER más bajo que la media histórica del mercado.

Pero lo más importante es que las cosas valen lo que se está dispuesto a pagar por ellas y el dato que estamos mostrando es que un número grande de inversores con bolsillos muy profundos está dispuesto a comprar a ese PER de entre 15 y 16 veces en el S&P 500.

Y si además coincide con una caída del 30 % como la que se produjo en junio y octubre del año pasado, las probabilidades de estar acertando aumentan exponencialmente.