Pongamos que la inflación en EEUU se queda en el 3%

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Artículo publicado en El Economista (11 de abril de 2024)

Andan las bolsas revueltas con la posibilidad de que la inflación norteamericana sea incapaz de bajar del 3%. Que no bajará al 2%, ese objetivo que tienen los bancos centrales que tampoco se sabe exactamente porqué es mejor que, por ejemplo, el 2,5%.

En realidad, los objetivos de estabilidad de precios y pleno empleo que configuran el mandato de la Reserva Federal de los EEUU se pueden conseguir tanto con una inflación del 2% como del 2,5%. El problema es que el mercado considera que si la inflación no baja del 3%, no habrá bajadas de los tipos de interés. Y que si no bajan los tipos de interés, se acabó la tendencia alcista actual de las bolsas.

Si bien podemos estar de acuerdo en que se cerraría la posibilidad de que suba el precio de los bonos (norteamericanos), la afirmación de que las bolsas finalizarían su ciclo alcista presenta algunas lagunas.

Para empezar, no se corresponde con lo ocurrido en la historia. Con una inflación del 3% y unos tipos de interés del 5% la economía americana ha sido sobradamente capaz de crecer y crear empleo. Y más cuando se encuentra en plena revolución industrial, como es la revolución digital. Acelerada ahora por una cuarta fase de dicha revolución como es la llegada de la inteligencia artificial generativa.

Casi todos los analistas predijeron una recesión y que eso ayudaría a que bajara la inflación hacia el objetivo de la Fed. Pero se equivocaron. La economía norteamericana crece y por lo tanto crecen los ingresos y los beneficios de las empresas. Augurando el fin de la tendencia alcista están entrando en una contradicción: si la inflación se mantiene relativamente alta es precisamente porque hay una buena actividad económica, lo cual es positivo para las empresas cotizadas, no negativo.

Es cierto es que si las bolsas pierden el motor que supone una bajada de tipos se quedarían «sólo» con el motor del incremento de la productividad y de los resultados empresariales, alimentados con la gasolina de la implantación de la inteligencia artificial generativa, el crecimiento económico y el pleno empleo. Pero ese no es poco motor.

También conviene recordar que un 3% de inflación puede que no sea el ideal, pero históricamente es una inflación muy normalita para la economía como norteamericana.

También conviene insistir en el incremento de la productividad que va a traer la implantación de la inteligencia artificial generativa en la economía. Porque si ya de por si supone una inyección de adrenalina y vitaminas a la cuenta de resultados de las empresas (incrementar productividad es incrementar producción manteniendo o reduciendo costes ), se va a producir justo cuando la productividad norteamericana está en uno de sus mejores momentos. La productividad de la inteligencia artificial va a ser como lluvia sobre terreno fértil.

También se puede poner en duda esa absoluta seguridad que tiene ahora el mercado de que la inflación no va a bajar nunca del 3%. No descartamos que se mantenga en esos niveles durante cierto tiempo, porque la última milla hacia el 2 % siempre ha sido complicada y es un objetivo muy ambicioso cuando la economía está en crecimiento. Pero tampoco debemos descartar que la inflación pueda bajar. Sólo que menos de lo esperado.

Los motivos principales por los que está costando ahora que baje la inflación son sobre todo la energía y los alquileres. Respecto a la energía, no sería de extrañar que Rusia aproveche el repunte del precio del petróleo y las materias primas para vender su enorme producción y generar ingresos. Las guerras no se pagan solas.

En cuanto a los alquileres, estamos hablando de una economía como la norteamericana, que es mucho más dinámica que las europeas. Allí la oferta y la demanda se equilibran bastante más rápido. Y saben que la única forma de que baje el precio de la vivienda y el de los alquileres es construyendo más. Es solo cuestión de tiempo que la oferta se adapte a la demanda.

También es importante matizar que para la Fed el dato de inflación más importante es el llamado PCE, que está en el 2,5%.

Que no bajen los tipos de interés o que bajen menos de lo previsto sin duda reduce el atractivo de la renta variable norteamericana, pero mantiene el atractivo que supone el futuro incremento de la productividad gracias a la implantación de la IA generativa y el aumento de los beneficios empresariales consecuencia de un saludable crecimiento económico (aunque en parte sea artificial y gracias al gasto público).

Artículo publicado el El Economista