Así se puede batir a la inflación con un perfil conservador
Quien invierte puede perder parte de su dinero, quien no lo hace está perdiendo una parte seguro. Lo que se esconde detrás de esta afirmación es el aumento de precios. En otras palabras, la inflación.
La inflación es un enemigo silencioso que va restando valor a sus ahorros y a su capital. Superarla debería ser el objetivo mínimo de cualquier inversor, independientemente de su perfil, y hacerlo puede ser hasta fácil para quienes están dispuestos a asumir riesgo e invertir a largo plazo.
A estos perfiles les bastará un solo ingrediente: un buen fondo indexado al mundo – a través de un índice como el MSCI World – y dejar que el tiempo haga su labor. Otra cuestión diferente es que se puedan obtener mayores rentabilidades y reducir la volatilidad con una gestión acorde a cada momento de mercado.
¿Ocurre lo mismo con el inversor conservador? Lamentablemente no. Con los ahorros y la inversión, lo que funciona para unos puede no hacerlo para otros. Un perfil conservador necesitará hacer cosas diferentes y sumar más ingredientes a su mezcla.
La receta culinaria para superar la inflación
Con un depósito no va a conseguir batir a la inflación. La solución está en pasar de depositante a inversor conservador con una cartera adecuada.
Y después dar con la mezcla adecuada. Una mezcla que se compone de su masa y los ingredientes adecuados para cada escenario económico. Una masa de máxima seguridad dará estabilidad a la receta y el resto de los ingredientes aportarán el sabor necesario para que no sea demasiado sosa.
Y esa mezcla es parecida a la de un Poke, ese plato de origen hawaiano que tan de moda se ha puesto. Para quienes todavía no lo conozcan, su receta es muy simple: tres partes a elegir entre diferentes ingredientes y una distribución clara: la base supone un 80% del plato y los ingredientes añadidos el 20% restante.
Esta mezcla también funciona a las mil maravillas para batir la inflación como inversor conservador. A fin de cuentas, a medio plazo nadie ha perdido por tener un 20 % en fondos con cierto riesgo, siempre y cuando tuviera un 80 % en fondos de máxima seguridad. A cambio, ese mínimo riesgo adicional sí que se nota en la rentabilidad.
Los tres ingredientes de la receta para batir la inflación
Bases, frutas o green y proteína. Esos son los tres elementos de nuestro Poke para el inversor conservador.
Claro que en la variedad está el gusto y para hacer un buen Poke siempre habrá donde elegir. Estos son los tres ingredientes concretos para cada una de las partes de la cartera conservadora.
80% de base: inversiones muy seguras
Arroz, lechuga, quinoa… Hay mucho donde escoger según el tipo de Poke que quieras. Lo mismo sucede con la cartera.
La base de la cartera tiene un peso del 80% y se compone de dos de los siguientes productos:
- Letras del Tesoro a 6 meses.
- Letras del Tesoro a 1 año.
- Fondos monetarios “puros”.
- Fondos monetarios gestionados
Las Letras están bien y es algo que cualquier inversor puede contratar por su cuenta. Los fondos monetarios son todavía mejores porque suman deuda de otros países con más rentabilidad y la misma garantía.
Pensemos en Italia, cuya deuda renta por encima de la nacional y tiene el mismo valor que la española al estar avaladas por Alemania. Además, estos fondos tienen pagarés de empresas que darán un empujón más a la rentabilidad de base.
La clave para que la mezcla de bases funcione es seleccionar el producto adecuado en cada momento. En resumen, jugar con los tiempos de la deuda.
Si creemos que el Banco Central Europeo (BCE) seguirá subiendo los tipos de interés, será mejor invertir en Letras a 6 meses para después rotar hacia las Letras a 1 año cuando los tipos estén cerca de su pico.
10% adicional: inversiones seguras
Otro 10% del Poke son los verdes, normalmente frutas o verduras. Aportan frescura sin dejar de ser saludables.
Al invertir esto se traduce en productos estables, pero con algo más de potencial de crecimiento
- Deuda pública a medio plazo, como un bono a 2 años, que ofrece más rentabilidad y liquidez que los clásicos productos bancarios a vencimiento.
- Fondos de renta fija a medio plazo.
- Fondos de renta fija a largo plazo.
- Fondos de renta fija gestionados.
Como en el caso anterior, el arte de la receta está en el equilibrio. Es necesario saber cuándo introducir cada uno según las circunstancias del mercado.
Imagínese haber invertido en un producto bancario al 2% para ver ahora como el bono está al 3,4%. Por eso es tan importante saber jugar con los plazos, como ocurría con las bases.
10% adicional: el picante, un poco de riesgo
El último 10% de la cartera es para la parte más picante y también la que más potencial de rentabilidad tendrá. Es la que puede marcar la diferencia en términos de beneficio adicional.
En un Poke sería la proteína, lo que ayuda a ganar músculo y fuerza. Claro que no es lo mismo escoger pescado que pollo o carne roja. Con cada una conseguiremos un sabor y un resultado diferente.
Las opciones para esta tercera parte de la receta son:
- Fondos indexados de renta variable, ideales cuando buscamos entrar de forma directa, rápida y simple en mercados o sectores que han corregido y son atractivos.
- Fondos de renta variable de gestión activa, que pueden dar grandes resultados si están bien gestionados y seleccionados.
- Fondos de renta variable centrados en el dividendo, donde el dividendo hará las veces de seguro si cae el valor de las acciones.
- Fondos de renta variable “long-short”, que pueden ponerse cortos y largos según la situación de mercado.
La idea de esta parte de la cartera es aportar rentabilidad sin que se dispare la volatilidad. En otras palabras, un riesgo equilibrado porque seguimos hablando de una cartera conservadora.
Como ve, ingredientes variados para poder crear una cartera adaptada a cada circunstancia de mercado y a cada perfil de inversor. Y es que, incluso dentro de la etiqueta de conservador hay grados y perfiles.
Lo que acaba de ver aquí son las bases de la receta. ¿Quiere conocer los ingredientes concretos? En Nextep le asesoramos para dar con la mezcla ideal para su cartera y que ni la inflación ni sus inversiones le quiten el sueño.