No hay peor ciego que el que no quiere ver

El Economista 20 04

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Artículo publicado en El Economista

 

Resumen artículo

 

Aunque nos tildaron de exagerados en su momento, con la llegada de la vacuna contra el Covid dimos un giro de 180° a nuestra estrategia, que bautizamos como “La Gran Rotación”. Así, con mayúsculas, para simbolizar la magnitud de la rotación interna que esperábamos en los mercados.

Desde entonces hemos presenciado cambios que rompen los esquemas de las últimas décadas: una caída histórica del precio de los bonos; la derrota del índice tecnológico NASDAQ frente a valores bursátiles tradicionales; y el despegue del estilo de gestión de “valor” sobre el de “crecimiento”. Si habrán cambiado las cosas, que en un mismo día Netflix cae un 25% y Danone sube un 8%; o el anticuado e indigente digital Ibex le saca este año un 14% al NASDAQ y un 10% al Eurostoxx. Sí: Gran Rotación. Y con mayúsculas.

También habíamos señalado que la inflación sería la clave en nuestra estrategia y a día de hoy lo reiteramos. La inflación es la guía para que los bancos centrales modifiquen su política monetaria y la que provoca el colapso del valor de los bonos y, en consecuencia, el de los fondos de renta fija. La inflación es la que motiva la subida de los tipos de interés y la desconfianza del mercado hacia la tecnología. Las empresas digitales no crecen tan fácilmente cuando el crédito es caro y escaso. Y en el mundo digital no es sencillo trasladar el incremento de los costes al consumidor final, lo cual no es el caso de industrias físicas y/o de materias primas. En los últimos 12 meses, mientras la inflación general de los EE.UU. se disparó un 8,5%, la de la venta online apenas ha crecido un 3%.

En cualquier caso, todo lo que sea inflación le viene bien a la estrategia de la Gran Rotación, que se basa precisamente en sobre ponderar los activos, sectores y países que se benefician de la inflación y/o la subida de tipos de interés. Por eso también apostamos en su día – y seguimos apostando – por la caída del precio de los bonos.

En cuanto al crecimiento, y a su supuesta debacle a raíz de las sanciones contra Rusia, tenemos un criterio más moderado que la mayoría. Ciertamente, las sanciones pesarán sobre Europa (por su alta dependencia energética) y sobre los países más pobres (por su alta dependencia alimenticia); pero a otras potencias como EE.UU., China o la India no les afectarán tanto. De hecho, creemos que la inflación podría despejar los cuellos de botellas existentes en el mercado al reducir la demanda, a lo que se suman los esfuerzos de ajuste de la Fed y otros bancos centrales. Pero no olvidemos que, pese a que habrá inflación, la economía global se encuentra en la fase expansiva del ciclo post-pandemia.

El entorno “slowflation” – crecimiento moderado con inflación – del que se empieza a hablar ahora coincide con los pilares de la estrategia de La Gran Rotación, donde el factor inflación sigue siendo el más importante.

 

Artículo escrito por Víctor Alvargonzález en El Economista.