La importancia de los datos y de los indicadores adelantados

Nunca ha habido tanto ruido en los mercados como ahora. Antes no existían las redes sociales ni la información de los medios llegaba con tanta facilidad a todo el mundo y en todo momento. Ahora es muy diferente.

 

Que la información llegue a todo el mundo y de forma rápida es positivo, si se sabe manejar adecuadamente. Y desde luego nos viene muy bien a los profesionales de la inversión. Tener en tu cuenta de Twitter una lista de gente fiable, profesional y seria a la que seguir es un lujo que no hubiéramos imaginado hace 20 años. 

 

El problema surge cuando en lugar de gente fiable, profesional y seria tienes todo lo contrario. Además, el exceso de información y, sobre todo, de opinión, puede ser un problema muy serio para el inversor. De hecho, la mayoría de lo que aparece en las redes sociales es opinión y no información, cuando no directamente manipulación o propaganda.

El problema con la opinión es que suele producirse siempre mayoritariamente en un sentido u otro, lo que hace que sea como una bola de nieve, que aumenta de tamaño según va moviéndose en una misma dirección. Si en un periodo la mayoría de los “opinadores” coincide, la mayoría de la gente tiende a estar de acuerdo con ellos. Estar con la mayoría ofrece seguridad.

 

El problema es que, como ya hemos visto en infinidad de ocasiones, en los mercados la mayoría tiene un mal historial de aciertos. De hecho suele equivocarse más que acierta. Si no fuera así, todos los inversores, analistas y gestores serían ricos. Y evidentemente no es el caso.

 

Lo vemos en el gráfico número 3. A la hora de tomar decisiones de inversión lo que más influye en la gente es ver lo que hacen los demás y hacer lo mismo. La segunda es comprobar que el consenso confirma tus opiniones (que muchas veces son las que el propio consenso te ha hecho tomar). Entre ambas suman más del 50 % de la decisión de inversión. Es el famoso sentimiento de rebaño, es lo que da seguridad y es lo que llevamos viendo toda la vida en los mercados.  

 

Gráfico nº 3: Factores psicológicos en las decisiones de inversión

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Fuente: CFA Institute Survey Of Investment Practitioners

 

Cuando el rebaño acierta, todo bien. Pero cuando el rebaño se equivoca, todos sus componentes pagan las consecuencias. De ahí la importancia de tratar de comprobar con datos e indicadores si el rebaño está en lo correcto o si simplemente sigue a las ovejas o pastores equivocados.

 

No vamos a entrar en el debate de si ahora mismo la mayoría acierta o no. Lo que vamos a hacer, y seguiremos haciendo en el futuro en estos cuadernos, es comprobar los datos y, sobre todo, los indicadores adelantados, porque en los mercados no sirve de nada llegar cuando todo el mundo ya sabe algo.

 

Es el mismo motivo por el que nuestra cuenta de Twitter @NextepFinance pone especial énfasis no en opiniones —esas las tienen en mi cuenta particular @AlvargonzalezV— sino en datos e indicadores adelantados.

 

En nuestra opinión ahora mismo el dato más importante para el inversor a corto y medio plazo es el del gráfico n.º 4: cuánto piensa el mercado que va a subir la Fed los tipos de interés. 

 

Gráfico nº 4: Cuánto piensa el mercado que tienen que subir los tipos en EEUU.

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Fuente: The Daily Shot – Bloomberg

 

Es un dato importantísimo porque, como vemos desde hace tiempo, el mercado ahora se mueve al ritmo que marca la Reserva Federal de los Estados Unidos. Y por lo tanto es importantísimo saber si sus actuaciones futuras ya están descontadas en los precios o no.

 

La conclusión es mixta. Por un lado es negativa, porque los tipos de interés tendrían que subir en próximas reuniones un 1,40 % más de aquí a final de año, una subida adicional que, aunque se espaciara, no deja de ser una subida importante.

La conclusión inicial es sencilla: si la subida de tipos es lo que hace daño al mercado, queda daño por hacer. Pero hay dos matices importantes: el primero y fundamental es que esté o no ya descontada esta subida, y si tenemos este gráfico es porque el mercado ya da por hecho que esto ocurrirá, y por lo tanto dicha subida debería estar descontada ya en los precios. 

 

El segundo matiz es la rapidez y cuantía de las subidas pendientes. Seguramente el mercado ya tiene descontadas las subidas, lo que no está claro es con qué agresividad —o falta de ella— se produzcan. Esa es la “medida” que nos queda por tomar.

 

Que los tipos de interés en Estados Unidos se pongan al 3,25 % o incluso al 3,50 % no es ninguna tragedia. La economía norteamericana ha sido perfectamente capaz de crecer con ese tipo de costes de financiación. El problema es que si la inflación no baja, la Fed tendría que subir hasta esos niveles o superiores de forma rápida y drástica.

 

La conclusión positiva del gráfico es que, como hemos dicho muchas veces, este gráfico se mueve de forma proporcionalmente inversa a lo que hace el mercado bursátil, es decir, si tocara techo aumentarían las probabilidades de que la bolsa norteamericana haya tocado suelo. Esto es importante, porque de momento es exactamente ahí donde está el gráfico: señalando un techo.

 

Como insistimos casi machaconamente, la Fed propone, pero es la inflación quien dispone. En otras palabras, la Reserva Federal de los EE. UU. hará lo que diga la inflación. No hay ningún motivo para subir los tipos ni rápido ni drásticamente si, por ejemplo, la inflación empezara a disminuir claramente. Pero los hay todos para hacerlo si la inflación no baja de sus altísimos niveles actuales. Y no les quiero decir si aumentara (aunque esta última opción ahora mismo parece improbable, como veremos con los datos que exponemos a continuación).

 

Es por esto que para nosotros lo más importante es vigilar los indicadores adelantados de la inflación futura, son los que nos dan la respuesta a la cuestión anterior.

 

Por ejemplo: el último dato de inflación en EE. UU. fue mejor de lo esperado porque bajaron previamente el precio de la gasolina y los alimentos. En el gráfico n.º 5 vemos que afortunadamente esta tendencia se mantiene. Y en los últimos datos vemos que los futuros del precio de la gasolina muestran su mayor caída desde marzo de 2020 (en plena pandemia).

 

Gráfico nº 5: Futuros del precio de la gasolina en EEUU a 31 de agosto.

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Fuente: Bloomberg

 

 Otro componente de la inflación que estaba todavía muy alto era el de la vivienda. Y aquí las noticias actuales son mixtas. Por un lado el precio de la vivienda ahora está cayendo significativamente (gráfico n.º 6), lo cual es una magnífica noticia de cara a una reducción de la inflación. El problema es que los precios de los alquileres se mantienen altos (gráfico n.º 7).

 

Gráfico nº 6: Precio de la vivienda en EEUU

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Fuente: Bloomberg

 

Gráfico nº 7: El precio de los alquileres en EEUU.

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Fuente: US Zillow Rent Index – Bloomberg

 

El origen del “problema” es el poder adquisitivo actual de la sociedad norteamericana, especialmente como consecuencia de la fortaleza del empleo en EE. UU. 

 

La economía norteamericana está en pleno empleo y se mantiene contra viento y marea en ese mismo nivel de demanda de trabajadores. Esto es muy bueno para los trabajadores y la economía real, algo de lo que sin duda hay que alegrarse, pero dificulta sobremanera la tarea de la Fed de enfriar el suflé de la economía norteamericana para que baje la inflación. Lo vemos en el gráfico número 8.

 

Grafico nº 8 : Nivel de despidos en Estados Unidos.

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Fuente: Bloomberg

 

No es que queramos que despidan a nadie, ni aquí ni en Estados Unidos, pero lo que es cierto es que mientras el empleo sea tan alto —en Estados Unidos, obviamente no aquí—, la fortaleza negociadora de los trabajadores es enorme y es muy difícil que bajen los salarios. Pero la inflación salarial es una de las claves de la inflación en general y en las economías avanzadas en particular. Por eso, aunque baje la inflación general, va a costar que baje la subyacente.

Finalmente un dato que suele ser muy importante: el precio de los vehículos usados, un indicador adelantado muy fiable de la evolución futura de los precios en general. Y en este caso es un dato esperanzador de cara a la reducción de la inflación, porque la fuerte subida de los últimos tiempos parece haber tocado techo. Lo vemos en el gráfico n.º 9.

 

Gráfico nº 9: Precio de los vehículos usados en EEUU

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Fuente: FRED (Federal Reserva Bank of St. Louis – US Bureau of Labor Statistics

 

La conclusión que sacamos es que seguiremos viendo bajar la inflación en EE. UU. No de forma espectacular, pero bajar. Y que se notará más en la inflación general pero va a costar un poco más que baje la subyacente (la que es independiente de los precios de la energía y la alimentación).

 

Esto se corresponde más o menos con lo que descuenta el mercado y es que la Reserva Federal siga subiendo los tipos de interés hasta los niveles previstos, pero con la ventaja de que los datos de inflación le podrían permitir que esa subida tuviera una pendiente un poco menos agresiva que hasta la fecha. Por ejemplo: que la próxima subida de tipos fuera de un 0,50 % en lugar de un 0,75 %. Todo lo que se mueva dentro de los parámetros que el mercado ya conoce abonaría la teoría de que las bolsas tocaron suelo en junio. Todo lo que se salga de ese planteamiento cambiaría el escenario.

 

Si la inflación baja más de lo que está esperando el mercado se consolidará no ya un suelo, sino un cambio de tendencia al alza. Si la inflación se mantiene en los niveles actuales —y no les quiero decir si sube— el mercado irá a buscar su suelo en niveles inferiores a los alcanzados en el mes de junio. Seguramente para apoyarse en la línea de tendencia de largo plazo (color verde) mencionada en un capítulo anterior.