Prioridad número uno: orientarse y fijar rumbo

El Confidencial 16 03

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Artículo original publicado en El Confidencial

 

Resumen artículo

 

En materia de estrategias de inversión, en situaciones extremas el razonamiento no es muy diferente a como haríamos en un ejercicio de supervivencia en medio de la selva. Si bien la información es limitada y los elementos de la naturaleza juegan en contra de nuestra experticia, hay que establecer prioridades y tomar decisiones acertadas aumentan nuestras probabilidades de subsistencia.

Llevando este experimento al panorama actual de los mercados, dominados por el conflicto de Rusia y Ucrania, en supervivencia la prioridad nº 1 es buscar orientación y eso significa intentar mirar a medio plazo en términos de activos, sectores y países. Preguntarnos, en otras palabras, cómo será el mundo no mañana o pasado mañana sino dentro de seis meses.

Según se ha visto en las últimas semanas, a Putin no le interesa una guerra excesivamente larga una vez consiga sus principales objetivos. El gasto militar de la invasión ronda los 20 mil millones de dólares al día y las bajas del ejército ruso no son despreciables. Asimismo, la invasión tendrá costes exponenciales a escala doméstica en el orden macroeconómico (hiperinflación y recesión), tecnológico (escasez de componentes y atraso tecnológico), y descontento social en general.

Militarmente – que no políticamente – conflicto parece inclinarse hacia el lado de Putin, dándole ventaja en futuras negociaciones. Su estrategia de coacción prácticamente ha impuesto un sello de “neutralidad” sobre Ucrania, que se aleja cada vez más de la protección de la OTAN. Del mismo modo, Crimea y el Donbás ya están, en la práctica, en sus manos, mientras avanza la “desmilitarización” del país y la destrucción de gran parte de su ejército.

Con estas cartas sobre la mesa – y sin menospreciar el riesgo de posibles desvíos-, podríamos sospechar que el punto de inflexión de los mercados tampoco está muy lejos. Respetando los rasgos particulares de cada segmento del mercado, la ocasión podría, de hecho, resultar favorable para quedarse con aquello que tenga potencial post-guerra y dejar de lado lo que no lo tiene. Todo ello basándonos en que la economía global parece estar dirigida ineludiblemente hacia un entorno notablemente inflacionista en los próximos meses/años, una variable a considerar en cualquier decisión de inversión de ahora en adelante.

El panorama inflacionista es atractivo para determinados activos, sectores y países. Es malo, por ejemplo, para todos los que sean sensibles a subidas de los tipos de interés pero es bueno para aquellos a los que cierto nivel de inflación les permite mejorar sus márgenes. Nótese que hablamos de inflación y no de estancamiento o “estanflación”, más allá de algunos atenuantes a las perspectivas de crecimiento. Rusia no es un motor comercial del mundo y su importancia en la economía se centra básicamente en su influencia sobre el nivel del precio de las materias primas. Y parece olvidársenos que ahí sigue el apoyo de los gobiernos y de los bancos centrales – a lo que ahora se añaden los estímulos de gasto en defensa-, para acelerar la recuperación de la economía global.

 

Artículo escrito por Víctor Alvargonzález en El Confidencial.