¿Por qué bajan los bonos?

El último dato de inflación confirma que la inflación sigue bajando, tal y como puede apreciarse en la línea azul del gráfico n.º 1. La subyacente aguanta un poco más, pero normalmente va a seguir el camino que marque la inflación general, solo que con cierto retraso. Tal y como ocurrió cuando aumentó.

Gráfico n.º 1: Inflación en EE. UU, medida por el PCE

Inflación en EE. UU, medida por el PCE

Las principales causas de la inflación: los salarios, el precio del petróleo y los alquileres

Salarios

Por su parte, los salarios siguen moderándose, tal y como puede apreciarse en el gráfico n.º 2. Y, aunque el último dato de empleo esté muy afectado por la huelga de la empresa Boeing y por el parón de actividad económica en determinadas zonas en las que han sufrido huracanes, el dato (12.000 puestos de trabajo) es francamente flojo, incluso teniendo en cuenta estos elementos extraordinarios. Y cuando se modera la creación de empleo es más difícil que suban los salarios, que son una de las fuentes principales de la inflación.

Gráfico n.º 2: Evolución de los salarios en EE. UU.

Evolución de los salarios en EE. UU.

Precio del petróleo

Pero es que, además, tampoco ha subido finalmente el petróleo, como decían quienes afirmaban que pronto superaría los 100 $. De hecho, se mantiene claramente por debajo de los 80 $. Y, como es lógico, la correlación entre el precio del petróleo y los tipos de interés de los bonos es normalmente positiva, es decir, se mueven en el mismo sentido. 

Son muchos los factores que impulsan la inflación, pero sin duda el precio del petróleo sigue siendo importante. Y aquí empieza la primera señal de que algo no está siguiendo el guion, al menos por el momento. Como vemos en el gráfico n.º 3, la dirección del precio del petróleo y de los tipos de interés de los bonos a 10 años norteamericanos se ha desacoplado.

Gráfico n.º 3: Tipo de interés del bono a 10 años y precio del petróleo

Tipo de interés del bono a 10 años y precio del petróleo

Alquileres

Así que, pese a que la inflación, los salarios, el precio del petróleo e incluso los alquileres (gráfico n.º 4) están bajando, los tipos de interés USA llevan cierto tiempo subiendo. Concretamente desde que se produjo la bajada de tipos oficiales.

Gráfico n.º 4: Evolución del precio de los alquileres

Evolución del precio de los alquileres

Y, como vemos en el gráfico n.º 5, no es normal que cuando empiezan a bajar los tipos de interés oficiales (los que establece la Reserva Federal) suba el tipo de interés de los bonos. La media histórica hace lo que marca la línea negra, la evolución general estaría representada por la zona marcada en color gris. Pero resulta que estamos en la línea azul.

Gráfico n.º 5: Tipo de interés del bono USA a 10 años tras una bajada de tipos

Tipo de interés del bono USA a 10 años tras una bajada de tipos

¿Por qué sube el tipo de interés de los bonos?

El gráfico n.º 5 podría contener la primera explicación. Porque una cosa es la media, representada en la línea negra, y otra, el historial completo. Simplemente se trataría de que la zona gris sería un poco más amplia si consideramos este dato, pero eso no significa que luego los tipos bajen y siga el proceso histórico (zona gris).

Además, tendría toda la lógica desde el punto de vista de la lógica del propio mercado. El refrán lo dice claramente: “compra con el rumor, vende con la noticia”. En agosto todo el mundo podía intuir que la Reserva Federal de los EE. UU. bajaría los tipos de interés. Ese sería el rumor. Luego la Fed bajó los tipos de interés 50 puntos básicos (un 0,50 %). Una bajada mayor de lo esperado. Tras esa bajada quedaba poco que descontar. Los inversores de corto plazo lógicamente decidieron realizar beneficios. A su vez el mercado, que siempre tiene que buscar una razón, nos da la segunda explicación; dice que es porque va a subir la inflación y, como lo que venden son las malas noticias, gente que no pensaba vender se lo cree y vende.

Si este fuera el escenario, no habría nada de lo que preocuparse. Ahora bien, a este dato hay que añadir el de que la deuda pública de los EE. UU. no hace más que crecer y marcar máximos, superando actualmente los 35 billones de dólares.

El problema es que si estuviéramos ante un cambio de tendencia en el valor de la deuda norteamericana, que no coincide con los datos macroeconómicos de inflación o precio del petróleo, el mensaje del mercado sería mucho más inquietante: nos estaría diciendo que hay temor a que siga la espiral de deuda pública y que se pueda salir de control. De hecho, podría estar diciéndonoslo el índice de volatilidad del mercado de bonos, que al igual que existe el VIX para el mercado de acciones, existe el MOVE para el mercado de bonos. Lo vemos en el gráfico n.º 6.

Gráfico n.º 6: Volatilidad de los bonos vs. la de las acciones

Volatilidad de los bonos vs. la de las acciones

Y fíjense que, pese a que no hay un problema ya de inflación, ni aspecto de que vaya a haberlo, de cara a las elecciones había aumentado mucho más la volatilidad del mercado de bonos (MOVE, en rojo) que del de acciones (VIX, en negro).

Así que, o bien estamos ante un trastorno temporal del mercado, motivado por la realización de beneficios y/o el descuento excesivo de expectativa de bajada de los tipos de interés, o estamos ante el primer aviso del mercado a los políticos USA para que controlen el gasto público.

¿Se avecina una nueva crisis económica?

Habrá que estar muy atentos al mercado de bonos y a lo que haga el nuevo presidente. En función de cuál sea su actuación y cómo reacciona el mercado, sabremos si estamos ante un aviso sobre la futura crisis que tendrá el mercado, que en nuestra opinión, y si no hay cambio de rumbo por parte de los políticos, será una crisis de deuda. Una crisis por falta de confianza en la capacidad de pago de la deuda en la que los mercados venden para avisar a los políticos. Y que si se sale de control puede ser una situación parecida a la que ocurrió en Europa con la crisis del euro, pero a nivel global.

Los asesores y gestores tenemos la obligación de tener muy presente esta posibilidad, ser muy conscientes de cuáles pueden ser las señales. Y cómo no solo proteger el patrimonio de nuestros clientes ante esta futura crisis de deuda, sino también cómo aprovecharla. Está demostrado que, pase lo que pase, sea la crisis que sea, siempre que baja el valor de un activo sube el de otro.