Ayudará China o será un lastre, esa es la cuestión

 

 

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Resumen  artículo

 

Titular sobre Evergrande de una de las mayores redes sociales del mundo: “Crisis de Evergrande causa desplome financiero a nivel global”. Luego vas a ver la caída del MSCI World desde que se expandió la noticia y es del 2%. Menudo “desplome”.

Y muchos analistas, que se suponen más serios, hablan del “nuevo Lehman” o el “Lehman chino”, lo cual resulta cuanto menos imprudente teniendo en cuenta las diferencias entre ambos casos. Y comparar el sector inmobiliario y bancario chino con el norteamericanos o el europeos demuestra un claro desconocimiento de la situación actual.

Si un analista en el que confías advierte del “nuevo Lehman”, el siguiente paso es vender tus fondos de renta variable. Y puede ser una decisión equivocada. Mucha gente se ha perdido el mercado alcista de los últimos 10 años, uno de los mayores de la historia, por seguir a esos analistas que usan el miedo para llamar la atención.

La situación del sector inmobiliario y financiero occidental no tienen nada que ver con el chino. Y menos con la que había en 2008. En España se nota menos porque económicamente hace tiempo que vamos a la zaga, pero en el resto de Europa y, sobre todo, en EEUU, el sector está boyante y ni de lejos tan endeudado como en 2008. Por no hablar de que se financia con los tipos de interés más bajos de la historia.

Pero lo peor del ruido es impide centrarse en lo importante y lo importante ahora no es tanto Evergrande, sino si China ayudará a la recuperación global o si será un lastre. Y es importante porque la fuerza de la recuperación global tendrá gran influencia en la inflación, y esta a su vez marcará la política monetaria de los bancos centrales. Y esto último es lo que definirá la evolución de los mercados.

De que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, seam amables, agresivos o “mediopensionistas” depnderán todas las derivadas que afectan a la gestión de una cartera. Desde los estilos de gestión y los sectores que lo harán mejor, hasta la evolución del precio del oro pasando por la de los fondos de renta fija.

Si China se suma al impulso económico de los planes de estímulo de Europa y Norteamérica fovorecerá a un escenario de inflación superior al de antes de la pandemia, que dará lugar a una política monetaria más restrictiva. Si se sigue quedando atrás, aportará menos crecimiento, más desinflación y políticas monetarias más laxas en Occidente.

No se puede descartar ninguno de estos  escenario. Si China tiene que bajar precios para alimentar a su población, lo hará. Y China es la fábrica del mundo. Pero tampoco se puede descartar que, una vez normalicen su política monetaria -l o de Evergrande tiene mucho que ver con que Pekín cerró hace tiempo el grifo de la liquidez -, se incorporen de buen grado a la buena marcha de la economía mundial. También cabe la posibilidad de que las economías norteamericana y europea animan a su vez a China.

En lugar de centrarse en el ruido, mejor centrarse en lo importante: en si China puede ser contribuidor neto al crecimiento y la inflación o justo lo contrario. Evergrande, por su parte, probablemente acabe repartido por decreto entre distintos bancos e inmobiliarias chinas.

Artículo escrito por nuestro Director de Estrategia, Víctor Alvargonzález, en El Confidencial.

Fuente de la imagen: El Confidencial