Efecto sobre los mercados de las elecciones de EEUU

¿Cuál será el efecto sobre los mercados de las elecciones de EEUU? Los tertulianos y los influencers pueden opinar de cualquier cosa y no pasa nada si se equivocan, pero el inversor tiene que ser muy cuidadoso con la información que maneja. 

El inversor no tiene ninguna obligación de ser políticamente correcto. Ni de seguir lo que diga la mayoría. O repetir lo que digan los medios tradicionales. Lo que no puede olvidar es que en los mercados financieros la información es clave y tiene que ser objetiva y actualizada.

Viene lo anterior al caso porque, escuchando las cosas que se dicen en los medios de comunicación españoles sobre las elecciones en EE. UU., sorprende hasta qué punto manejan información caducada. Y, aunque normalmente el resultado de las elecciones USA no afecta demasiado a las bolsas —es mucho más importante lo que haga la Reserva Federal—, en la tensa situación geopolítica actual (Ucrania, Oriente Medio, China vs. EE. UU.) sí que podría serlo.

Vamos a empezar por aclarar una cuestión en la que los medios españoles están más perdidos que un pulpo en un garaje.

Elecciones en EEUU: ¿cómo puede gustar tanto Trump, que va primero en las encuestas?

Enfoque equivocado: no es tanto que a los norteamericanos les encante Trump —exceptuando evidentemente su amplia base electoral—, es que no les gusta Biden. Para muchos ciudadanos norteamericanos Trump es el menor de dos males y lo ven con mayor capacidad de liderazgo. Antes de seguir y para evitar malos entendidos políticos, permítanme aclarar que a mí no me atraen especialmente ni Trump ni Biden. Si tuviera que votar en Norteamérica, lo haría por alguno de los candidatos alternativos, lo que, a efectos de análisis, es una ventaja, pues ayuda a ser razonablemente objetivo.

Aclarado esto, veamos por qué Trump resulta menos malo para la mayoría que Biden, al menos de acuerdo con las encuestas actuales. Primero, por una cuestión económica. Aquí votamos por ideología, pero en EEUU se vota más con el bolsillo. Con independencia de que Trump no tuviera nada que ver con la inflación durante su mandato, lo que percibe el americano medio es que con Trump no había inflación. Y, aunque ahora la inflación se está moderando, no significa que los precios estén volviendo donde estaban, sino que suben menos. El daño (para Biden) ya está hecho.

En lo que respecta a la política internacional, y siendo posible que aunque diga lo contrario Trump se hubiera tenido que enfrentar también a Rusia por la invasión de Ucrania, es Biden quien dedica una enorme cantidad de dinero a una guerra que muchos norteamericanos ven como lejana e innecesaria. Sobre todo cuando su economía se resiente. Y ese dinero podría dedicarse a algo mucho más cercano, como es el control de sus fronteras. De hecho, después de criticar el muro que estaba construyendo Trump para controlar la inmigración ilegal, ahora Biden ha decidido que esa era la mejor solución. Mientras tanto han entrado en el país siete millones de inmigrantes ilegales. No es el tipo de actuaciones que generan confianza y votos.

Además, Biden ha apoyado los planteamientos “woke” del ala más radical de su partido demócrata, que puede que funcionen muy bien en California o Nueva York, pero generan rechazo en muchos votantes del partido en otras zonas de EEUU. Solo hay que escuchar a Bill Maher, uno de los comentaristas más importantes del país y demócrata de toda la vida.

¿Cuáles son las expectativas de los candidatos a las elecciones en USA?

La situación no es tan sencilla como parece. En primer lugar, no demos ya por vencedor a Trump. No será la primera vez que los demócratas ganen las encuestas. En las elecciones legislativas les daban resultados mucho peores, pero supieron jugar muy bien la baza del aborto, que les dio muchos votos entre mujeres que podrían haber votado también republicano. Además, a muchos norteamericanos Trump les da miedo. Tanto por la volatilidad de sus decisiones como por lo ocurrido al final de su mandato. Su negativa a aceptar el resultado de las elecciones y el asalto al congreso permanecen en la memoria de los electores. Puede que algunas de sus quejas sobre posible manipulación fueran legítimas, y tampoco está demostrado que estuviera detrás del asalto al congreso, pero no es un tema que le beneficie entre los votantes independientes o los republicanos moderados.

La importancia del voto independiente

Es una cuestión sobre la que hay un desconocimiento absoluto entre los medios españoles y que va a ser fundamental en estas elecciones: el aumento del voto independiente. Hay mucha gente que se considera independiente o que no se siente especialmente atraída ni por demócratas ni por republicanos. Y mucho menos por Biden o Trump. Como podemos ver en el gráfico n.º 1, ese porcentaje es cada vez mayor (43 %), y lo que decidan puede cambiar totalmente el resultado electoral. Hay que aclarar que independiente en EE. UU. es cualquiera que vota a un programa, y no a un partido porque “es el suyo”, como ocurre en España. Son votantes que pueden pivotar en uno u otro sentido.

Gráfico n.º 1: El aumento del voto independiente en EE. UU.

Además en estas elecciones hay un candidato independiente importante: Robert Kennedy Junior. Como todos los candidatos independientes, en EE. UU. lo tiene muy difícil. Pero por el porcentaje de votos que le dan las encuestas a nueve meses de las elecciones tampoco sería imposible que compita. Habiendo tres candidatos, basta con superar el 33 % para ganar, y Kennedy ya tiene entre un 12 % y un 20 % (dependiendo de la encuesta de la que estemos hablando). Y es mayoritario entre los votantes de menos de 45 años. 

Kennedy ha centrado su campaña en aquello que une a los norteamericanos, evitando los temas más conflictivos, en los que considera que simplemente es imposible ponerse de acuerdo. Mejor trabajar por aquello en lo que pueden coincidir y ponerse de acuerdo en estar en desacuerdo con el resto. Esto ha resultado atractivo para muchos votantes demócratas descontentos con el Biden “woke” y militarista y los republicanos moderados. El problema es que tiene vetado el acceso a los grandes medios de comunicación, controlados por los dos partidos principales. Y se ha vendido de él una imagen —solo relativamente cierta— respecto a sus temores sobre los excesos en la vacunación de los americanos, los riesgos de la mala alimentación y toda una serie de cosas que ayudan a presentarlo como un tipo raro. Lo más probable es que no llegue al final de la carrera. Y es irónicamente ahí donde su papel va a ser fundamental. Porque ¿adónde irán sus votantes? ¿A quién apoyará si decide apoyar a alguien? Es otra de las cuestiones de las que no se habla en los medios españoles, pero puede ser lo que decida las elecciones. 

Otro planteamiento que no mencionan nuestros medios y tertulianos es que al final pudieran no presentarse ni Trump ni Biden. En el caso de Trump por problemas legales (reales o de “lawfare”), en el caso de Biden por su edad. ¿Y quiénes serían los posibles sustitutos? En el lado demócrata podrían ser Michelle Obama o el gobernador de California, Gavin Newson. Ambos serían adversarios muy potentes frente a Donald Trump.Por el lado republicano sin duda Nikky Haley. Esta última sería una gran candidata para Wall Street, pero fue un quebradero de cabeza geopolítico, pues es totalmente partidaria del papel de policía de EE. UU. en el mundo y se dice que está financiada por la industria del armamento.