Qué supone la Inteligencia Artificial en la Bolsa y en la revolución digital
La famosa frase “qué error, qué inmenso error” es de perfecta aplicación a las personas que, asustadas con la última corrección bursátil, vendieron sus participaciones en fondos tecnológicos. La corrección ya se ha superado, pero el error puede solamente haber empezado. Porque la cuarta fase de la revolución digital, el advenimiento de la inteligencia artificial generativa, solo acaba de llegar (a la economía y a las empresas). Quienes vendieron en cualquiera de las correcciones que se produjeron en los últimos 20 años cometieron un error inmenso, porque inmenso ha sido el coste de oportunidad en el que han incurrido. No estamos hablando de perder revalorizaciones de dos dígitos porcentuales, sino de tres, cuatro y hasta cinco. Y aquellas ganancias tuvieron siempre como caldo de cultivo las distintas fases de la revolución digital.
Inteligencia artificial en la Bolsa: Fases de la revolución digital
La revalorización de Microsoft coincidió con la primera, que se inició en Silicon Valley cuando se descubrió cómo aumentar exponencialmente la capacidad de computación de los microchips. Y su consecuencia fue la llegada de los ordenadores personales (la plataforma sobre la que se desarrolló el software de Microsoft).
Fuente: Nextep
La revalorización de Amazon o de Google tuvo como origen la segunda fase de la revolución digital, que fue la llegada de Internet. Y la de Apple tuvo como fundamento su propio invento, el iPhone. Ahora entramos en la cuarta fase, que es la de la llegada de la inteligencia artificial generativa (IAG).
Si nos parecía impresionante que hubiera un teléfono que hiciera tantas cosas, o que pudiéramos comunicarnos, comprar y vender, etc. a través de un ordenador, debería de impresionarnos saber que se están inventando algoritmos que aprenden por sí solos —de ahí el apellido “generativa” en esta fase de la IA—, que tendrán una capacidad de trabajo, aprendizaje, manejo de datos y mil otras cosas infinitamente mayor que la de cualquier ser humano.
Beneficios de la Inteligencia Artificial en la Bolsa
Se ha descubierto al perfecto aliado del ser humano a la hora de multiplicar sus capacidades, pero NO un sustituto a su inteligencia y, sobre todo, a su creatividad. Un aliado muy productivo y, por lo tanto, muy rentable. No vamos a entrar en la parte ética o filosófica del asunto. Somos asesores financieros. Nos vamos a centrar en cómo afectará a los inversores que sepan aprovecharlo. Y la palabra clave es productividad.
La inteligencia artificial generativa disparará la productividad de las empresas (aunque no de todas ni por igual). Los estudios realizados por las mejores consultoras especializadas del mundo coinciden en vaticinar incrementos de productividad en el entorno del 30 % al 40 %. Y eso va directamente a la cuenta de resultados.
El proceso de implantación de la inteligencia artificial en el tejido empresarial durará años, pero en los mercados gana el que sabe adelantarse a los grandes cambios.
Los futuros ganadores de esta nueva fase de la revolución digital no serán solo los siete magníficos de la tecnología (aunque los primeros beneficiarios estarán sin duda en el sector tecnológico).
Nadie que conozca el tema duda de que la inteligencia artificial va a cambiar el mundo. Y todos sabemos que no será siempre para bien. Pero, desde el punto de vista de la inversión, solo tiene ventajas. Porque, para las empresas —y los inversores que sepan aprovecharlo—, el resultado solo puede ser bueno. A mayor productividad, mejores resultados. Es así de sencillo.
¿Cómo rentabilizar la revolución digital?
Las claves para rentabilizar esta nueva fase de la revolución digital figuran en el cuadro adjunto.
Fuente: Nextep
En primer lugar, hay que recordar que en los mercados lo que más sube es aquello que tiene más demanda, que no es necesariamente aquello que nosotros pensamos que va a tenerla. Así que hay que estar muy atentos hacia dónde va el dinero. En este caso, hacia qué sectores.
También hay que considerar que cada vez más gente se dará cuenta de la importancia de todo lo anterior, de modo que la única forma de comprar barato un sector o un valor que vaya a beneficiarse de la implantación de la inteligencia artificial generativa será aprovechando correcciones del mercado.
El asesor también es importante. Si no entiende / valora todo lo anterior, va a ser difícil que nos ayude a rentabilizar el proceso.
Tampoco lo vamos a rentabilizar si trabajamos con una entidad financiera que no tiene una buena oferta de fondos. Por ejemplo, la mayoría de las entidades financieras españolas no tienen un fondo que se centre exclusivamente en seguir la evolución del índice tecnológico NASDAQ.
Los ETF en la revolución digital
También es conveniente aceptar que a veces es más fácil encontrar a los ganadores en los ETF (fondos cotizados). Ciertamente los ETF pagan impuestos cada vez que se compran o se venden, mientras que los fondos tradicionales no. Pero no utilizar ETF en esta fase de la revolución digital será como no haber comprado Apple en su día porque al vender se pagarían impuestos. Hay cosas que no están en los fondos tradicionales, sobre todo al inicio de un cambio tecnológico.
Para finalizar, si le interesa el tema, decirle que este capítulo es un resumen de una jornada sobre Cómo rentabilizar la llegada de la Inteligencia Artificial que organizamos recientemente y que, por su importancia, hemos pensado que deberíamos incluir en este número de “Los Cuadernos”, por si no pudo asistir.