El sentimiento de consumidores e inversores, otro gran indicador contrario.
Sentimos insistir, pero las estadísticas son claras: en los últimos 20 años, los periodos en los que los inversores se han sentido especialmente pesimistas han resultado perfectos para invertir. Y como pueden ver en el gráfico número 5, lo de “siempre” es literal.
Gráfico nº 5: El SP 500 y el sentimiento de los inversores.
Fuente: Optuma
El gráfico azul es el índice SP 500. La línea verde representa la media de inversores encuestados alcistas, es decir, los que son optimistas respecto al futuro del índice. La línea roja representa el número medio de inversores pesimistas.
La línea verde está ahora tan baja como cuando la crisis financiera del año 2008 y algo más alta que con el COVID, que ya es decir. Respecto a los bajistas, la línea roja, algo parecido, aunque algo menos, pues en aquellos años se alcanzaron niveles superiores a los actuales. Y es lógico, porque por muy pesimista que se sea ahora mismo, la situación no es comparable a una crisis financiera de magnitudes históricas.
Que haya inflación, un conflicto en Ucrania y que la Reserva Federal de los EE. UU. esté subiendo los tipos de interés son malas noticias y es lógico que haya pesimismo, pero desde luego no es comparable a la situación vivida en 2008, cuando el sistema financiero pudo haber colapsado y haberse generado una depresión de magnitudes históricas.
Pero este gráfico n.º 5 solo lo ponemos como recordatorio, pues ya lo hemos mencionado en otras ocasiones. En esta ocasión queremos centrarnos en si ocurre algo parecido cuando los consumidores también son muy pesimistas. Y la respuesta es que sí. Es más: tras un periodo de máximo pesimismo de los consumidores, lo que ha venido después en bolsa han sido subidas especialmente importantes. Lo vemos en el gráfico n.º 6.
Gráfico nº 6: Sentimiento del consumidor y evolución bursátil en los siguientes 12 meses
Fuente: JP Morgan
Si se repitiera la historia, a los niveles actuales podríamos tener recuperaciones de entre 15 % y hasta el 30 %. Como puede verse, en febrero de 1975 tuvimos un nivel de pesimismo de los consumidores similar al actual. En los siguientes 12 meses el mercado subió un 19 %. Un sentimiento parecido había en octubre de 1990 y el mercado subió un 29 %. Y algo similar ocurrió a los 12 meses de tocarse fondo en el sentimiento de los consumidores en el año 2008, en el mes de noviembre. Doce meses después el mercado había subido un 22 %. Y en 2011 un 15 %.
No queremos convencer a nadie ni tenemos seguridad de que esto vaya a ocurrir ahora, la estadística, incluso en ejemplos tan consistentes como estos, siempre tiene un margen de error. Pero la realidad estadística es esta, y en el caso del gráfico n.º 6 los datos son desde el año 1971, es decir, un periodo lo suficientemente largo para que haya ocurrido absolutamente de todo.
Al final esa es la realidad de la inversión en los mercados: pocos se hacen ricos porque pocos son capaces de actuar contra natura y comprar cuando todo el mundo vende. Es lógico y es comprensible. Por eso una de las misiones de un buen asesor es animar a hacerlo y ayudar a aplicar el timing adecuado.